La Copa de España de Flat Track ha puesto esta especialidad en el primer plano de la competición en nuestro país. Hay que reconocer que nunca ha habido mucha tradición en España, aunque las competiciones de dirt track tienen casi ochenta años de historia.
Hay diferentes formas de denominarlo pero en esencia es lo mismo, flat track o dirt track. La puesta en marcha de la I Copa de España de Flat Track le ha dado a la especialidad una oficialidad que hasta ahora nunca había tenido. En los últimos años el dirt track se ha hecho popular en nuestro país debido a que es uno de los sistemas de entrenamiento habitual entre los pilotos mundialistas, y poco a poco han proliferado los óvalos de tierra en diferentes puntos de la geografía española.
España nunca fue un país donde el dirt track arraigara con fuerza, pero no sería por falta de interés, porque las primeras competiciones de la especialidad datan de 1929, cuando una empresa británica, Speedway Racing, se dirige a la Federación Española (RFME) para hacerle saber que quiere organizar carreras en nuestro país, tanto en Madrid como en Barcelona, y necesita saber cómo actuar. La RFME les remite al Real Moto Club de España y al Real Moto Club de Cataluña, principales clubes nacionales en esos momentos. En aquellos días, los moto clubes se ocupaban de la organización de las carreras, remitiendo sus reglamentos a la federación para su aprobación.
La primera carrera de dirt track se disputó en agosto de 1929 en Barcelona, en el Estadio de Montjuïc, y participaron exclusivamente pilotos británicos. Posteriormente, en una nueva carrera sí hubo presencia de pilotos españoles. En aquellos días, Barcelona acogía la Exposición Universal en Montjuïc, y la Ciudad Condal fue un hervidero de nuevas experiencias, de las que el motociclismo no fue ajeno, lo que permitió que especialidades como el dirt track llegaran a nuestro país. En Madrid, las carreras se organizan en el Estadio Metropolitano, el campo de fútbol donde jugaba el Athletic Club de Madrid, futuro Atlético de Madrid y que se encontraba situado cerca de la zona de Ciudad Universitaria, en un espacio que hoy ocupan pisos y oficinas y que se encuentra entre las estaciones de Metro de Guzmán el Bueno y Metropolitano.
Los campos de fútbol y los canódromos se convirtieron en los escenarios perfectos para el desarrollo de las carreras, por sus dimensiones, y porque también permitían a los espectadores seguir cómodamente el desarrollo de las carreras. Otra ventaja del dirt track es que se podían realizar competiciones dentro de la ciudad, sin provocar trastornos a la circulación como sucedía con las carreras de velocidad, que al carecer de circuitos permanente tenían que desarrollarse por las calles de la ciudad, o por tramos de carretera.
Carmen Viñals, la primera española que tomó parte en un dirt track. ©foto: Google Images
En Madrid se llegó a crear un club dedicado específicamente a esta competición, el Dirt Track Madrid. Pero el desarrollo de la especial no fue sencillo. Surgieron complicaciones entre Speedway Racing y Dirt Track Madrid, que se disputaban el pastel del dirt track madrileño. Se dan casos de duplicidad de contratos entre los competidores y ambas empresas.
La Federación termina interviniendo, y decide desentenderse de la especialidad. Aprovechando una prueba de regularidad en 1931, el presidente de la RFME, Ricardo Ruiz Ferry, convocó a los representantes del Moto Club de España, el Moto Club de Cataluña y la Peña Motorista Vizcaya (se había instaurado la II República, y la denominación Real fue suprimida por decreto gubernativo), los tres principales clubes esañoles, para comunicarles que la Federación se desentendía del dirt track por las complicaciones derivadas de los intereses comerciales de estas carreras, que se alejaban del carácter deportivo que consideraba debían tener las competiciones.
Se siguieron organizando carreras de dirt track hasta la Guerra Civil. Después, la especialidad quedó abandonada, aunque en determinando momentos hubo intentos esporádicos por recuperarla, sin mucho éxito, durante los años cuarenta. Después, desapareció definitivamente del mapa. En los años noventa hubo alguna exhibición, como la célebre prueba organizada en el Estadio Chapín de Jerez, donde Kenny Roberts tomó parte, asombrando a propios y extraños. Y luego llegamos a lo que todos conocemos en la actualidad. Ha pasado el tiempo, las cosas han cambiado, pero la esencia permanece. ★
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