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El futuro del motociclismo italiano en manos privadas tras el fracaso de la FMI

Fotos: Team Italia
Cinco años después de recuperar la iniciativa del Team Italia, la Federazione Motociclista Italiana (FMI) ha anunciado que su equipo no seguirá en el Mundial de Moto3 en 2017, y pasará a centrarse en el CIV y el FIM CEV de Moto3.

La historia del Team Italia arranca en 1982, cuando el Campeonato de Europa de Velocidad, creado un año antes, se convirtió en una alternativa de formación para aquellos que no tenían cabida en los Grandes Premios. La Federazione Motociclista Italiana (FMI) entendió que sería bueno apoyar a jóvenes pilotos en ese proceso antes de dar el salto el Mundial, y formó una potente estructura cuyas motos pintadas de blanco se hicieron rápidamente muy familiares. El Team Italia estuvo presente en todas las categorías, de 50 a 500, y no tardó en conseguir campeones europeos.

Poco después, en 1985, ese esfuerzo se trasladó también al Mundial, logrando Fausto Gresini su primera corona de 125 con el equipo. Luego le seguiría Luca Cadalora en 1986, y Gresini repetiría de nuevo en 1987, prosiguiendo la colaboración y el apoyo del Team Italia con varios pilotos a lo largo de los años y en diferentes categorías. Por ejemplo, Max Biaggi fue Campeón de Europa de 250 en 1991, y debutó en el Mundial esa misma temporada con el Team Italia.

Luca Cadalora fue Campeón del Mundo de 125 en 1986 con el Team Italia.

Tras unos años sin presencia del equipo, la FMI decidió recuperar esta iniciativa en 2012. La práctica desaparición de los pilotos italianos de la categoría de 125 (solo hubo tres clasificados en el Mundial 2011, y el mejor, Simone Grotzkyj, fue 16º) obligó a la FMI a reaccionar, retomando la iniciativa. Así, el Team Italia regresó al Mundial, con Romano Fenati como principal estrella, lo cual resultó un acierto. Pero quedaron en evidencia las carencias de esta fórmula que, sin lugar a dudas, no propiciaba la recuperación del motociclismo italiano, que había perdido presencia e influencia en el Mundial.

Ahora, tras varias temporadas con pobres resultados en el Mundial, la FMI ha decidido plegar velas, dejar el Mundial de Moto3 al finalizar esta temporada y regresar a Italia, para concentrarse en el campeonato nacional y el Mundial Junior, y trabajar más adecuadamente en la formación de pilotos. Con el objetivo de recuperar la hegemonía italiana en el motociclismo, la FMI regresó al Team Italia al Mundial en 2012, construyendo la casa por el tejano.

La federación se dedicó a crear pequeñas estructuras, tanto en el Mundial de Moto3 como en el Europeo de Superstock 600, e intentó reestructurar el Campeonato de Italia creando el CIV, aparentemente a imagen y semejanza del CEV, creado por Dorna y la Federación Española (RFME), pero que en realidad no cambiaba nada, ya que no se dedicó a trabajar en la base sino a promover a un reducido número de pilotos. Algo que, como hemos visto, no ha sido le medida más adecuada.

El hecho de que los pilotos más prometedores del motociclismo italiano hayan renunciado a correr en el CIV es una muestra del fracaso de la FMI. Todo el trabajo de promoción con pilotos jóvenes, creando una estructura de formación y apoyo, lo ha asumido a nivel individual Valentino Rossi con su VR46 Academy y el Sky Racing Team VR46, donde ha acogido a la gran mayoría de los jóvenes talentos italianos, ofreciéndoles formación y planificando su trabajo. Ninguno de sus pupilos se ha quedado en Italia: los que todavía no estaban en el Mundial han corrido en el CEV y FIM CEV, donde Rossi estableció alianzas con diferentes estructuras para introducir a sus pilotos.

Pero no solo Rossi: estructuras como el Team Gresini, Ongetta y más recientemente el SIC58 de Paolo Simoncelli, que ha alcanzado su máxima evolución en el FIM CEV y que en 201 dará su salto al Mundial, han asumido una labor que tendría que haber estado a cargo del la FMI. Si la FMI quiere recuperar la iniciativa, necesita transformar el CIV, convertirlo en un campeonato de verdadero prestigio y en un semillero de talentos.

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