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El Plan PIVE dejará paso a una nueva fiscalidad

Fotos: Piaggio
El sector motociclista no se ha beneficiado de una sola de las ocho ediciones del Plan PIVE desarrolladas por el Gobierno Rajoy. Todo apunta a que la octava será la última, y que la Administración estudia la creación de una nueva fiscalidad que impulse el sector de la automoción.

Aunque desde la Administración no hay más industria de la automoción que la de las cuatro ruedas, la industria motociclista también se ve afectada por las decisiones que se toman en materia de incentivos a la compra de vehículos. En este caso, por quedarse fuera de estos planes, lo que no deja de ser una paradoja disponiendo de este nombre: Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente (PIVE). Y está más que demostrado que no hay vehículo más eficiente que la moto. Pero esta situación desigual podría haber llegado a su fin, dado que desde diferentes órganos del Gobierno se considera que los planes de incentivo, como el Plan PIVE, con ocho ediciones a cuestas y una inversión total de 1.115 millones de euros, ha cumplido con su objetivo y es hora de plantearse nuevas fórmulas.

El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, dependiente del Ministerio de Economía, ha declarado en el XXIII Foro de la Automoción organizado por el IE Business School, que ha llegado el momento de plantearse la posibilidad de modificar la fiscalidad del automóvil (y la moto, se sobreentiende), para incentivar la renovación del parque de vehículos, que es uno de los más envejecidos de Europa.

García-Legaz aseguró en este foro que el mercado irá “de una forma natural hacia cifras mejores de las que ahora tenemos, lo que permite que el cambio en la fiscalidad fomente la renovación de un parque envejecido y tener un mercado estructuralmente más joven del que tenemos en estos momentos”, aseguró. En el caso de las motos, ese crecimiento del mercado de las motos que goza el sector desde septiembre de 2014 es absolutamente natural, sin artificios ni incentivos que, por otra parte, no se dan gratis, ya que el usuario debe tributar por ellos en la declaración del IRPF.

La nueva fiscalidad que ha de llegar deberá esperar a la reforma de la financiación autonómica, con la que se deberá establecer el marco fiscal venidero, aunque está por ver en qué situación queda todo ante el nuevo panorama autonómico que han dejado las elecciones del 24-M: en ninguna de las trece comunidades autónomas que ayer fueron a las urnas (ni tampoco en Andalucía) hay un partido con suficiente mayoría para gobernar en solitario. Y esto, sin lugar a dudas, introduce una nueva variable. ¿En qué medida afectará este renovador 24-M a los últimos seis meses del Gobierno Rajoy?

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