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La cifra de fallecidos en moto bajó en 16 personas el año pasado

Fotos: SMN
La siniestralidad en España aumentó durante 2016: hubo 29 muertos totales más que en 2015 en las carreteras. A pesar de ello, los accidentes en moto bajaron. Gracias a eso, tuvimos que lamentar 16 fallecimientos menos en accidentes de motoristas. Y eso, a pesar de que hubo más motos en marcha que nunca.

Las cifras globales de siniestralidad que ofreció la DGT a principio de año ofrecían un mal balance después de muchos años de constantes bajadas en el número de víctimas de accidentes. Esos 29 muertos más, hasta 1.160 en total, cortaban la evolución a la baja que venía de 2004. Recordemos siempre que las cifras de DGT se refieren a accidentes (y víctimas) en vías interurbanas y que hayan fallecido en las primeras 24 horas posteriores al accidente.

En cualquier caso la buena noticia es que en 2016 hubo 16 víctimas mortales menos en moto y ciclomotor que en 2015: fueron 214 en total. De ellos, solamente 4 no usaban casco en el momento del accidente con su moto, y uno que falleció en accidente de ciclomotor. Son 9 menos que en 2015. Por pocos que sean todavía resulta incomprensible que alguien vaya en moto o ciclomotor sin casco… y por desgracia esta estadística nos recuerda a qué se arriesgan por hacerlo.

Es importante destacar que esta mejora se produce cuando hay más motos en las calles y carreteras: el parque de motos y ciclomotores aumentó en 2016 hasta 5.195.743 unidades. Y, también, que las estadísticas confirman las sensaciones que tenemos en marcha: hubo más tráfico, hasta un 5 por ciento más de movilidad de largo recorrido en promedio. Si se analiza cómo han evolucionado las víctimas mortales en moto y ciclomotor, en relación al parque móvil, veremos cómo en los últimos 9 años el número de fallecidos en accidente ha bajado un 56 por ciento, mientras el parque ha ido aumentando hasta un 10 por ciento.

Motos viejas y motoristas con ganas de mejorar

Desde ANESDOR, la patronal del sector, destacan la parte positiva de estas estadísticas. Permiten que, por fin, no tengamos encima de las motos el “foco” de la DGT al ser, hasta ahora, el único segmento que no conseguía reducir su siniestralidad. Sin embargo hay factores que permiten ser todavía más optimistas: podrían mejorar más.

Uno es la antigüedad del parque: en promedio las motos que hay en España tienen 14,7 años. Es una de las cifras más altas de la Unión Europea, y más alta que la edad promedio del parque de coches en España (12,7 años). El efecto de esto es que la edad media de las motos implicadas en accidentes fue de 12,5 años, cifra que corresponde con la edad del parque. Pero pone de relieve que, con una renovación, podrían mejorarse las cifras de víctimas gracias a la mayor seguridad de las motos modernas (frenos ABS, etcétera).

En cuanto a los motoristas, ANESDOR sigue colaborando con los diferentes organismos para mejorar la formación y el reciclaje. Destacan las acciones de Formación 3.0 realizada con el Servei Catalá de Tránsit por tercer año donde se recogen siempre impresiones muy positivas: más del 80 por ciento de motoristas participantes reconocen que necesitan mejorar su formación para ser más seguros.

Infraestructuras y campañas pro-moto

Más allá de lo que se puede hacer “dentro” del sector, es decir renovar el parque y mejorar el nivel medio del motorista, hay mucho más por hacer. Las motos representan un 15 por ciento del parque móvil en España, pero por desgracia las inversiones dedicadas a nuestra seguridad no alcanzan (ni de muy lejos) esa cifra, respecto de lo que se invierte en infraestructuras.

Más indignante es esto cuando recordamos que, en accidentes urbanos, la estadística de la propia policía mantiene la conocida relación de causalidad: en dos de cada tres accidentes de moto, la culpa fue de otro vehículo. Y eso pese a un comportamiento muy bueno de los accidentes urbanos: en Madrid desde 2009 el parque de motos ha aumentado un 50 por ciento, y los accidentes han disminuido un 70 por ciento. Madrid sí ha invertido en motos y el beneficio es claro.

Hay movimientos que permiten ser optimistas: el 31 de marzo se aprobó por unanimidad la moción a favor de la seguridad de los motoristas en el Congreso de los Diputados. Se va a empezar por cambiar los guardarraíles asesinos de 500 kilómetros de carreteras, en los que se producen el 20 por ciento de los accidentes mortales.

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