La cifras de ventas de motos nuevas han bajado en España este año, pero eso no significa que se vendan menos motos. Por cada moto nueva en 2008 se vendía una moto de segunda mano, pero ahora esa relación ha cambiado mucho: por cada moto nueva se venden 2,2 motos usadas ¡más del doble!. Las ventas de motos usadas empezaron a remontar notablemente a partir de 2012 y no han dejado de aumentar.
Las ventas de motos nuevas llegaron a su mínimo en 2013 y han remontado hasta 2016: en 2017 se resienten por la entrada en vigor de la norma Euro4 (precios más altos y ofertas a final de 2016). Se estima que en 2017 haya un aumento de las ventas de motos usadas superior al 40 por ciento, tan grande que compensará la caída de ventas de motos nuevas y hará que el total de ventas, la “demanda de motos” en España, mantenga su ritmo creciente desde 2012. A costa, eso sí, de que tengamos motos cada vez más viejas en circulación.
Un parque antiguo
En España el parque de motos ronda los tres millones de unidades (2.972 miles era la cifra de 2014) y la edad mediana de todas ellas son nada menos que 14,7 años. Anesdor, la asociación de fabricantes y distribuidores de motos nuevas, opina que es una cifra demasiado alta. Las motos más antiguas carecen de ayudas a la conducción, como los frenos ABS, y su posible mantenimiento deficiente las hace menos seguras que modelos más modernos y en mejor estado. A esto tampoco ayuda que más del 30 por ciento de las motos en circulación con más de cinco años, no haya pasado su correspondiente inspección de ITV.
Si nos comparamos con nuestros vecinos, veremos que Italia tiene un enorme parque: más de seis millones y medio de motos en circulación, duplican la cifra de España. Y su edad media es muy inferior, solamente 8,6 años. En Francia se calcula que hay algo más de 1.700.000 motos en marcha y su edad media es de 10,5 años, también notablemente más modernas que las españolas. En Reino Unido, con un parque de 1.200.000 motos, la edad media está algo por debajo de la española con 13,7 años. Solamente en Alemania, con cerca de cuatro millones de motos en marcha, alcanzan los 17,6 años de edad promedio, si bien habría que ver el estado de conservación de muchas de esas en comparación con las nuestras…
Demasiadas tasas
En cualquier caso queda claro que nuestro parque necesita renovación. El problema es que no existen ayudas de ningún tipo para ello. Anesdor afirma que no quiere ayudas “puntuales”, es decir ningún Plan Renove o similar. Lo que sí piden es un sistema impositivo más justo y equitativo: de todos los países de la Unión Europea, las motos españolas son las que soportan las mayores cargas fiscales.
Cuando se compra una moto nueva, en España se pagan entre un 23 y un ¡41 por ciento! del precio final en tasas e impuestos. Es del todo injusto que por matricular un ciclomotor deba pagarse la misma tasa que un coche grande, por ejemplo. En otros países el porcentaje de las tasas sobre el vehículo nuevo son mucho más equilibradas: en torno al 27 por ciento en Italia, 21 por ciento en Alemania, 23 por ciento en Reino Unido o 23 por ciento en Francia.
Lo que Anesdor propone es, de entrada, reducir al 50% la tasa actual de matriculación de motos nuevas. Y luego, cambiar cómo se tributa: eliminar el “Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte” que se paga al matricular la moto, y trasladar esa recaudación al Impuesto de Circulación. Este impuesto municipal (Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica) debería aplicarse calculando para las motos en función de su potencia fiscal, como los coches, y no por su cilindrada. Y debería tenerse en cuenta la menor contaminación y espacio ocupados por las motos en marcha: es decir, introducir los criterios medioambientales que todos los políticos dicen perseguir, que en la práctica las motos cumplen, pero que luego no se reconocen.
