Desde que los primeros frenos de carbono llegaron al Mundial de Motociclismo a principios de los ’90, la tecnología empleada en el desarrollo de los mismos ha ido avanzado, adaptándose a la necesidad de cada momento.
En la actualidad, la normativa hasta ahora vigente, obligaba a montar discos de carbono de 320 mm de diámetro a excepción de Motegi donde era obligatorio hacerlo de 340 mm y Sepang y Montmeló en los que era opcional.
Tras reunirse la Grand Prix Commission, formada por Carmelo Ezpeleta (Dorna), Ignacio Verneda (FIM), Herve Poncharal (IRTA) y Takanao Tsubouchi (MSMA), han aprobado que a partir de ahora los discos de 340 mm de diámetro sean opcionales en todos los GP’s de la temporada, con la única excepción del Circuito de Motegi, donde continuarán siendo obligatorios.
Actualmente, con motos con tanto peso y unas prestaciones como las MotoGP, los frenos de carbono se han convertido en un elemento de seguridad, aunque su utilización, al acortar el espacio de frenada haya podido influir negativamente en el espectáculo.