Esta “Aprilia RS 250” guarda un secreto…
Las apariencias, a veces, engañan

Si te has puesto a mirar con detenimiento la foto de apertura puede que hayas notado cosas que no te cuadran con la Aprilia RS 250 original, algún detalle que te deje descolocado. Parece que esa RS ha engordado un poco, como si fuera una moto mucho más grande y, efectivamente, ahí está el truco. En realidad y aunque el resultado es, simplemente genial, en realidad se trata de una Aprilia RSV4 Factory, un monstruo de más de 200 CV con la apariencia de una ligera 2T.
Detrás de esta maravilla se encuentra un gran entusiasta francés y nostálgico del pasado, que lleva dándole vueltas a la idea desde que hace ya casi 20 años se encontró una Aprilia RSV 1000 en las orillas del lago Como, en Italia, que llevaba equipado el carenado de una RS 250. Desde entonces, tal como cuentan los colegas de MCN, ha ido madurando el proyecto poco a poco y buscando a las personas ideales para llevarlo a cabo.

Obviamente desde el principio no podía tener en mente construir la RS/V4, pero sí tenía la idea de darle la apariencia de una 250 a una moto grande. Así lo cuenta el mismo protagonista, Gwenael Barthélémy: “Diseño mis proyectos antes de pedirles a [otros] que creen lo que necesito. Fácil, ¿verdad? En realidad no, ya que me llevó mucho tiempo encontrar a las personas adecuadas”.
En realidad, todo esta fascinante preparación no buscaba mejorar las prestaciones de la RSV4 ya que, como decíamos, es la versión Factory además. Se ha centrado en la estética y para ello ha tenido que recurrir a diferentes especialistas en Suiza y Francia para poder lograr el acabado tan espectacular y, además, hacer que fuera completamente funcional que es la parte más complicada. La suiza Carrosserie Corbex SA se encargó de trabajar con parte de la carrocería mientras que Apiata Metal Shaping en Francia convirtió los faros actuales de la RSV4 en la forma totalmente reconocible de la RS 250.
También le ha añadido un guardabarros de carbono y, por supuesto, el colín y el asiento que junto con un trabajo de pintura excelente nos trae de vuelta, y modernizada, una de las motos más bonitas de principio de siglo. Por cierto, puede que haya algo que te choque estéticamente y no sepas qué es: se trata de los retrovisores con intermitentes incluidos, una licencia a la hora de llevar a cabo el trabajo que conserva los originales de la RSV4.