Fabricarte tu propio tacómetro es así de sencillo
No hay nada como hacerlo tú mismo para entender cómo funciona

Es curioso como hay partes de nuestra moto que damos por supuestas sin tan siquiera preguntarnos cómo funcionan. Una de ellas es el tacómetro de la moto, un elemento vital que nos ayuda a saber en qué punto de trabajo está nuestro motor y cuánto más podemos esperar de él. Aunque es raro que no lo sepas, el tacómetro es ese indicador que hay en la mayoría de motos y que indica a las revoluciones que está girando nuestro motor.
Como decimos es importante porque nos ayuda a dosificar el esfuerzo que pedimos al motor. Aunque con la experiencia nos acostumbramos a “cambiar de oído”, que no es otra cosa que no estar pendiente del tacómetro sino de nuestras sensaciones, contar con el tacómetro nos ayuda a afinar y a ser mucho más precisos. Eso nos viene muy bien, por ejemplo, si nos empezamos a mover con el motor frío, si queremos conseguir el mejor consumo o, llevado a nuestros escarceos con el circuito, cuándo toca meter la siguiente marcha porque hemos llegado al punto en el que más revoluciones no significan más potencia.
Pero claro, detrás de un tacómetro hay mucha más tecnología de la que vemos, porque lo que hace es medir las revoluciones por minuto del cigüeñal y detrás de eso solo hay ciencia. Es por ese motivo que resulta curioso este experimento que hemos encontrado en Youtube y que nos permite ver cómo crear nuestro propio tacógrafo. Eso sí, no pienses que vamos a poder preparar uno digital o, tan siquiera, uno que podamos instalar en la moto. Es, simplemente, teoría aplicada.
Ver el proceso de creación es curioso porque durante gran parte del mismo, y eso que está acelerado, no se entiende exactamente qué está haciendo el protagonista. Lo vemos ir montando piezas por separado que no empiezan a tener sentido hasta que se van encajando unas con otras. Es entonces cuando vemos que el sistema va cogiendo forma y al montarlo en la estructura y, sobre todo, al colocarle la aguja es cuando entendemos todo.
Replicando hasta el motor, lo interesante llega al ver el funcionamiento que es mucho más sencillo de lo que podríamos esperar. En función de las revoluciones del motor, unas piezas móviles se acercan o se separan gracias a la fuerza centrífuga. Gracias a ese movimiento centrífugo, un mecanismo dentado mueve la pieza que, a su vez, desplaza la aguja de un lado para otro. Actualmente la mayoría de los tacómetros son digitales y los sensores son muy diferentes a lo que vemos, pero este experimento nos da una muestra de lo realmente complejo que es un sistema que normalmente damos por hecho en nuestra moto. Ahora imagina la cantidad de ingeniería detrás del resto de elementos que son mucho más complejos…