Muchos de los que hemos trabajado con él sabíamos de sus problemas de salud, una delicada situación que no le impidió seguir apoyando hasta el final a la que fuera “su revista”, la mensual Fórmula Moto (2005-2013), dirigida desde 2008 por Ramón López. El pasado mes de marzo se celebró en Madrid una cena-homenaje en su honor para reconocer toda una trayectoria profesional difícil de igualar y en la también estuvo presente Ángel Nieto.
Javier llegó a Madrid con 17 años para trabajar de botones en la redacción de la revista Autopista. En sus ratos libres ya enviaba boletines de suscripción a los socios de clubs de toda España, repartía revistas o iba a las carreras a venderlas y, de paso, hacer alguna pequeña crónica. Tras hacerse cargo de una serrería en Saldaña (Palencia) y hacer la mili en África, regresó a la capital a finales de 1969 para dirigir la revista semanal Motociclismo, puesto que ocupó hasta 1995.
Natural, atrevido, singular, terco, sincero, hablador, directo, gritón y currante infatigable, su objetivo siempre pasó por apoyar iniciativas que diesen vida al motociclismo en el sentido más amplio de la palabra. Representante de una irrepetible época dorada de la prensa motociclista de tipómetro, máquina de escribir, carrete y telegrama primero, planillo, pc, email y nutrida redacción después. En todo este tiempo Javier Herrero ha coincidido con míticos periodistas de motos, pilotos y responsables de marcas. Historia en carne y hueso con miles de anécdotas de las que siempre aprendí algo.
Hasta siempre Cheli.
