Filtrada la patente de un motor Yamaha con turbo


En estos últimos años hemos asistido a un gran número de patentes por parte de los fabricantes registrando diseños en los que sobrealimentan sus propulsores mediante sistemas de turbo. Curiosamente la única moto que hoy en día se comercializa con admisión forzada, la Yamaha Ninja H2, no cuenta con turbo sino con sobrealimentador.
Con ello da la impresión de que los fabricantes buscan la forma de reducir las emisiones de una forma análoga a la que se ha hecho en el sector de los automóviles: motores más pequeños sobrealimentados para mantener las prestaciones.
En el caso que nos ocupa nos hemos encontrado con una patente de Yamaha para dos opciones de sobrealimentación. Lo más curioso es que están hechas sobre la base de una Yamaha MT-09 pero con un motor bicilíndrico como el de la MT-07 como propulsor. En la patente se apunta que se puede adaptar a cualquier tipo de motor independientemente del número de cilindros.
Existen dos variantes que posicionan de distinta forma el turbocompresor. Una muy próximas a la salida del bloque motor y otra en una zona más abajo. Según se extrae de la información facilitada por Yamaha, dependiendo de su posición el catalizador puede ser más grande y con ello más o menos efectivo.
El endurecimiento de las normas anticontaminación ha hecho que los fabricantes de automóviles se vean obligados a hibridar parte de su gama así como añadir eléctricos para que las emisiones globales derivadas de sus ventas anuales se mantengan en los límites fijados.
Aunque las motos van un par de normas Euro por detrás, parece que la llegada de la Euro 6 (en dos años entra la Euro 5) obligará a modificar el planteamiento actual de los motores a otros turbo ya que, al contrario que en los coches, el poco espacio perjudica las posibilidades de hibridaciones simples o las llamadas Mild-Hybrid a 48 V en los que le motor eléctrico asiste directamente al cigüeñal en aquellos momentos en los que requiere el máximo esfuerzo.