Y es que el Goodwood Festival of Speed es, posiblemente, una de las mecas que todo aficionado a los vehículos a motor debería visitar al menos una vez en su vida. En esta ocasión se han podido volver a ver motos y pilotos legendarios en esa línea de asfalto que tanto a ellos como a los que lo vemos como espectador, se nos antoja demasiado breve.
Es imposible nombrar a todos los que estuvieron, y también citar todas las motos que se pudieron ver pues había abuelas ya centenarias a motos de competición actuales y vehículos eléctricos que parecían más bien traídos de un futuro no muy lejano.
En el club de las leyendas, varios de los habituales como Giacomo Agostini, ascendió la colina en una de las MV Agusta con las que conquisto sus 122 victorias en grandes premios. Fredie Spencer estuvo sobre una Honda NSR500 V4. Carl Fogarty lo hizo por partida cuádruple: sobre la nueva Triumph Speed Triple y la Thruxton R además de dos monturas cedidas por el National Motorcycle Museum: la Triumph Bonneville con la que Malcolm Uphill logró la victoria en Production TT y la Triumph Trident de 750 conocida como Slippery Sam.
Troy Corser, otro ilustre embajador de BMW disfrutó sobre una BMW R50S mientras que Freddie Sheene, hijo de Barry Sheene, pilotó varias de las motos de su padre. Además hubo tiempo para homenajearlo sobre cuatro rueda con el Toyota Supra del BSB con el que corrió después de retirarse. Y con motivo del 40 aniversario de su primer título, una gran exposición de las que fueron sus motos de carrera pudieron ser contempladas por el público. Por último, Colin Edwards también se subió a una de las motos de Sheene, una Yamaha OW48 de 1981.
Entre los pilotos en activo, destacar a Nicky Hayden con la Honda CBR1000RR que utiliza en Superbikes, Tom Sykes, también a los mandos de su Kawasaki ZX10-R 2016 y, por supuesto, leyendas de las Road Races: Bruce Anstey con la Honda RC213V-S con la que compitió este año en el TT, John McGuinness a lomos de la Mughen Shinden TT Zero o James Hillier con la Kawasaki ZX-10R.
Mención especial a Keanu Reeves, que tuvo la oportunidad de pilotar la moto en la que él mismo ha participado en el desarrollo, la Arch KRGT-1 y con la disfrutó como un auténtico niño con zapatos nuevos. Y es que Keanu es un auténtico amante de todo lo relacionado con el motor, y por encima de todo de las motos.
