Grandes carreras... y piques de la hª de la velocidad (III): Agostini vs. Hailwood


Mike Hailwood encarna uno de esos (no pocos) casos de la historia del motociclismo en los que una marca intenta paliar los defectos de su moto contratando un piloto extraordinario. Honda disponía en 1966 de un excelente motor para arrebatar el Mundial de 500 cc a MV Agusta, pero no parecía encontrar el chasis que fuera capaz de digerir su potencia. Así que se hizo con los servicios del piloto estrella de la marca rival, Mike “The Bike”, y marca italiana se vio obligada a promover a su segundo piloto, Giacomo Agostini.
Hailwood tenía un talento natural para hacer que funcionara cualquier cosa con dos ruedas y un motor. Por eso ganó tres carreras con la Honda en 1966 y cinco carreras en 1967. Pero por primera vez en su trayectoria deportiva no pudo conseguir que sus victorias parecieran fáciles. Cada vez que se bajaba de la Honda, sus manos estaban destrozadas.
La victorias de Hailwood en 1966 y 1976 no fueron fáciles ni tampoco suficientes: Giacomo Agostini llevó a las vitrinas de MV Agusta los títulos mundiales en ambas temporadas, y la marca japonesa se retiró momentáneamente de la competición, frustrada por sus resultados.
El Tourist Trophy de 1967 está considerado como uno de los más espectaculares de la historia gracias a estos dos extraordinarios pilotos. El inglés con la rapidísima Honda RC181 de cuatro cilindros, y el italiano con la MV Agusta 500 Three, algo más lenta pero también mucho más dominable.
No hubo tiempo para preludios: en la primera vuelta del Gran Premio Agostini batió sin pestañear el récord del trazado, en posesión de Hailwood, con una media de 174,42 km/h. La respuesta de Hailwood en la segunda vuelta fue volver a batir el récord absoluto del TT, con una media de 175,05 km/h. Pero el piloto de MV Agusta seguía liderando la carrera con un margen de 8,6 segundos.
Hailwood le recortó un par de segundos a Agostini durante la parada en boxes, y Agostini se los recuperó y sumó tres más en los compases iniciales de la cuarta vuelta. Era una batalla sin tregua, con Hailwood pilotando claramente por encima de los límites racionales de la Honda y Agostini aguantando como podía las embestidas del inglés, exprimiendo hasta la última gota el excelente chasis de la MV Agusta. Eso hasta la quinta vuelta, cuando Hailwood consiguió dar caza al piloto italiano.
Los Dioses del Tourist Trophy, si es que existen, se habían confabulado para regalarnos una de las últimas vueltas más memorables de todos los tiempos… hasta que la cadena de la MV Agusta de Giacomo Agostini dijo basta en Windy Corner. El piloto italiano pudo llegar hasta boxes, pero los desperfectos en la moto eran demasiado graves para regresar a la pista.
Los más extraordinario es que Hailwood no dejó de pilotar al límite de sus posibilidades tras el abandono de Agostini, y alcanzó la victoria con una media final de 169,98 km/h. Solo ocho años después Mick Grant logró superarla, con una moto mucho más grande que la Honda de Hailwood, una Kawasaki 750 cc, y sobre un circuito sustancialmente mejorado.