Guerra de etiquetas medioambientales: ANESDOR pide una revisión al Gobierno
Las motos de 2022 tienen el mismo distintivo que las de 2007

La implantación de las etiquetas medioambientales por parte de la DGT supuso catalogar a los diferentes vehículos en función de su nivel de contaminación. Así, los más contaminantes no tenían etiqueta, después estaba la B, la C, Eco y Cero Emisiones. Un sistema que ha sido cuestionado desde el principio porque los criterios seguidos no correspondían a la contaminación como tal sino a la matriculación del vehículo, lo que podía dar lugar a que el mismo vehículo matriculado justo en el cambio de año pudiera circular, mientras que otro con las mismas características pero matriculado unos días antes no pudiera hacerlo.
Pero esa no es la único de los puntos negros del etiquetado, al que incluimos también unas etiquetas que pierden el color con el sol, se despegan con facilidad... y es que en el caso de las motos se da una circunstancia más que sorprendente: todas las motos desde 2007 cuentan con la etiqueta C. Esto es a pesar de que las motos han ido evolucionado sustancialmente gracias primero a la Euro4 y, posteriormente, a la Euro5, lo que implica que tres motos con niveles de contaminación muy diferentes (especialmente la Euro3) tengan las mismas ventajas y limitaciones. Desde 2006 los límites de emisiones se han reducido en un 60% en monóxidos de carbono (CO) y en 71% en hidrocarburos y óxidos de nitrógeno (HC+NOx).

Es por ese motivo que ANESDOR está reclamando al Gobierno una rectificación en su procedimiento y una adaptación a la realidad de la moto. Para solucionar lo que, a todas luces, es una falta de criterio que supone una situación perjudicial tanto para las empresas como para los usuarios y que, además podría empeorar de cara a 2023 si la DGT y el Gobierno no lo solventan. Será entonces cuando entre en vigor la obligación de que todos los municipios de más de 50.000 habitantes deban disponer de una normativa de restricción de acceso al centro de las ciudades.
Además, a todo esto se suma el desconocimiento por parte de las administraciones de la diferencia de etiquetado entre vehículos y es que las etiquetas de motos y coches no son equivalentes. Cada tipo de vehículo tiene su categoría y, sin embargo, como ya ha quedado claro la gran mayoría de los municipios las desconoce y hace tabla rasa aplicando las normas basándose sólo en el tipo de etiqueta.
Es por eso que ANESDOR reclama que se creen nuevas etiquetas para las motos más modernas, como podría ser la D o la inclusión de las motos más actuales dentro de la categoría ECO, una categoría que no existe actualmente dentro de las motos. Igualmente incide en la importancia de que los municipios sepan las diferencias en los etiquetados y cómo los vehículos más sostenibles, como son las motos de nueva generación, pueden contribuir directamente a una mejora en la calidad del aire.