Para muchos ciudadanos de a pie que cobran sus nóminas el día 30 de cada mes, la fiscalidad de los deportistas de élite es algo así como un coladero con los agujeros tan grandes como estadios de fútbol, el país de las maravillas de los asesores fiscales, un conjunto de leyes incomprensibles, que además son diferentes en cada país, por cuyas rendijas podría pasar desapercibido un mamut con los cuernos de color amarillo fluorescente.
Empresas que gestionan porcentajes de derechos de imagen, domicilios fiscales en países con un sistema impositivo más benigno para las rentas altas… La ley es como siempre igual para todos y por supuesto muy compleja, pero por lo visto no funciona demasiado bien.
El astro argentino Lionel Messi ha sido el último caso destapado por Hacienda, que acusa al jugador de FC Barcelona de canalizar sus ingresos de contratos publicitarios a través de compañías del Reino Unido y Suiza con el objetivo de evadir impuestos. Como deporte en el que también se manejan cifras astronómicas, el motociclismo de élite no se ha librado de casos de pilotos perseguidos a ritmo de pole position por los inspectores de Hacienda.
Los italianos y el fisco
En 2007 se destapó la investigación de la hacienda italiana a Valentino Rossi por la evasión de unos 60 millones de euros en impuestos durante los ejercicios 2000-2004. La Agencia Tributaria italiana reclamaba al Dottore 112 millones de euros incluyendo multa e intereses, aunque el piloto de Yamaha consiguió mediante un acuerdo reducir sustancialmente el importe final a entre 35 y 43 millones de euros según las fuentes. En cualquier caso fue un escándalo para Yamaha, teniendo en cuenta que en Japón este tipo de trampas fiscales están muy mal vistas.
Los problemas para Rossi se iniciaron en el año 2000, cuando el italiano decidió fijar su residencia en el Reino Unido. Esta ha sido una constante en el mundo de motociclismo para minimizar el impacto de los impuestos en los balances del IRPF: fijar la residencia en el extranjero, especialmente Suiza y el Reino Unido, considerado un paraíso fiscal para los inmigrantes, que no tienen que declarar sus ingresos generados fuera del país al pasar sólo un determinado número de días en su residencia.
De hecho, en datos del mismo 2007, de los 21 pilotos de la parrilla de la máxima categoría del Mundial de MotoGP, 10 pagaban impuestos fuera de su país de origen. No era el caso por ejemplo de Toni Elías, que conservaba su residencia de siempre en Manresa (Barcelona).
En Italia, la justicia se ha demostrado especialmente firme en este tipo de casos. Marco Melandri fue condenado el año pasado a 19 meses de cárcel por inventarse una residencia en (nuevamente) el Reino Unido con el objetivo de evadir impuestos al fisco italiano entre 2003 y 2005. La investigación sacó a la luz que mientras el piloto supuestamente residía cerca de Donington Park, sus ingresos y bienes mostraban que sus intereses financieros no se habían movido de Ravenna.
Loris Capirossi también fue condenado en 2010 a pagar 2 millones de euros por evasión de impuestos. El piloto había fijado su residencia en Mónaco en 1994, aunque las autoridades italianas consideraron que continuó viviendo en Riolo Terme, en la provincia italiana de Ravenna, entre 1995 y 1998. El caso se destapó en 2001, y tras 9 años de apelaciones Capirossi fue declarado culpable.
Pilotos españoles
En 2009, la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados rechazó una proposición no de ley presentada por ERC e IU-ICV para la elaboración de un plan de comprobación de deportistas con residencia en paraísos fiscales. La propuesta, además, contemplaba la posibilidad que los deportistas españoles que cotizaran en paraísos fiscales no pudieran representar a España en competiciones oficiales.
Pilotos españoles como Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa tienen o han tenido sus residencias fiscales en países donde los impuestos son menores o cuentan con legislaciones especiales. En 2012 la residencia fiscal de Jorge Lorenzo pasó de Andorra a Londres, siguiendo los pasos de Pedrosa. Carlos Checa ya fue un pionero a la hora de buscar cobijo para sus ingresos en la particular legislación del Reino Unido. Hay que tener en cuenta que un piloto de Mundial de Motociclismo puede pasar aproximadamente la mitad del año lejos de su domicilio, sea el que sea.
El caso de Sete Gibernau, que la Agencia Tributaria considera que adeuda 2,8 millones de euros por las declaraciones de 2005 y 2006, todavía está pendiente de sentencia. Se trata como siempre de un caso de conflicto de residencia, por así decirlo. La Agencia Tributaria considera que Gibernau vivía durante ese periodo en Esplugues del Llobregat (Barcelona), y el piloto defiende que su residencia se encontraba en Suiza, una posición que corroboró recientemente su exmujer Esther Cañadas ante el fiscal que investiga el caso.
