Harley-Davidson Forty Eight Raging Dagger por Rough Crafts: atómica


Crear una moto deportiva tomando como base una Harley-Davidson no es una tarea sencilla. Y ello está al alcance de unos pocos. Y es que estamos diciendo crear una moto deportiva no verstir una Harley-Davidson como si fuese una deportiva. Hay que jugar con el peso, las geometrías, suspensiones, frenos… con el objetivo de hacer que en un circuito o en una carretera de curvas sea capaz de defenderse con dignidad.
Esto fue lo que quiso un cliente, quien acababa de encargar una Harley-Davidson Forty Eight porque le encantan los grandes bicilíndricos americanos pero el uso que le da a la moto es más deportivo que placentero. Claro que podría haberse buscado, por ejemplo, una Buell de segunda mano pero al final es mucho mejor, si tienes dinero, hacer la moto a tu gusto.
Así que habló para que Rough Crafts se encargase de hacer una completa transformación de su moto en cuanto estuviese disponible. Para ello, Winston tenía claro que la fuente de inspiración debía ser como hemos dicho, Buell. Era el concepto más cercano al que debía conseguir dejando a un lado que la estética la definirían ellos.
Para empezar fabricaron un nuevo basculante al que instalaron un amortiguador Öhlins AG629, el mismo que montaban las motos de Erik y en una ubicación lo más similar posible con el fin de reducir la distancia entre ejes. Otra solución similar fue colocar, en la parte inferior del basculante, un depósito para el aceite que permitió desplazar la batería y con ello hacer que el colín fuese visualmente más ligero.
Delante, la horquilla original se cambió por una Öhlins específica para Yamaha YZF-R1,en concreto una FGRT206 y a la que acopló unas nuevas tijas que permitieron reducir el ángulo de lanzamiento desde los 30º a unos mucho más deportivos 24º.
Ambas llantas son de carbono y mientras delante se han montado pinzas radiales Beringer con discos de 330 mm, detrás también se ha decidido montar otra pinza radial que sorprendentemente está montada en la misma pieza que sirve para tensar la cadena (se ha eliminado la correa de origen).
Winston contaba que la idea surgió después de cometer un error de novato, y es que se le olvido preparar los anclajes en el basculante y sólo se dio cuenta cuando éste estaba ya pintado en polvo por lo que se le ocurrió esta solución que, sorprendentemente, ha sido del agrado de todos los que la han visto en directo por su planteamiento novedoso.
Manillar alto, carrocería en fibra de carbono con un acabado que incorpora un ligero ribeteado en azul así como otros detalles completan el conjunto. Lo único que no se ha tocado es el motor y sigue estando de origen, al menos de momento. Solamente luce un nuevo escape creado a medida. En total, el peso de la moto se ha rebajado en 40 kg al mismo tiempo que se ha manejado enormemente el manejo.
De nuevo, un impresionante trabajo por parte de Rough Crafts.