Inventos bizarros: una moto con hélice
En su cabeza sonaba espectacular…

De las motos tal como surgieron a lo que hoy llamamos motos, hay un salto cualitativo enorme, pero siguen manteniendo los conceptos básicos: dos ruedas, un motor y un chasis. Luego se han ido evolucionando sus componentes y ahora vemos una moto primigenia, y nos parece poco más que dos hierros con ruedas. El caso es que las motos de hoy en día son reconocibles y los primeros usuarios sabrían reconocer qué es una moto.
Pero ¿por qué quedarse con una moto tradicional cuando uno puede investigar? Eso es lo que ha hecho el “profesor Pardal”, un youtuber brasileño que se dedica a hacer experimentos peculiares, y que nos sorprende con una curiosa preparación muy lejos no solo de lo que estamos acostumbrados sino de lo que nos parece lógico.
Como habrás podido ver en la imagen, incluso antes de darle al play del vídeo, es que la moto en sí tiene el motor de moto delante y, lo más impactante, una hélice justo en el frontal. Poco más podemos añadir a lo que se te acaba de pasar por la mente, pero sí nos parece un invento con tantas lagunas en lo que a seguridad se refiere que realmente no sabemos por dónde empezar.
La moto es una vieja Honda que seguro que ha vivido mejores días, pero difícilmente hayan sido tan extravagantes como los que le quedan por vivir. Antes de seguir analizando este cacharro con ruedas hay que recordar que no es la primera vez que a vehículos terrestres se les acoplan propulsores aeronáuticos. La hélice, que como podemos comprobar genera una cantidad de viento suficiente como para desplegar un paracaídas, pero una vez puesta en marcha no parece que sea capaz de conseguir una gran velocidad.
Hay que decir que quizás las revoluciones por minuto no sean las suficientes o quizás la hélice sea pequeña, pero nosotros no tenemos mucha idea de aeronáutica. El caso es que como se puede apreciar, el invento es una locura, tanto como la medida de seguridad que lleva quien la conduce con una cuerda y un mosquetón para evitar que la hélice le meta un afeitado de barba de dimensiones épicas. Sea como fuere, el caso es que este invento es de los que dan pavor, y uno agradece a la industria que no siguiera esos caminos…