Ingenio y ganas de divertirse. No hace falta más para conseguir hacer realidad los sueños de los más chalados, tal y como podemos ver en los dos vídeos que os mostramos a continuación en los que unos sencillos cortacésped han pasado a ser vehículos de aceleración demoníaca y preparados para sacar los colores a más de uno.
En el primero de los casos, el motor original ha sido sustituido por el de una Yamaha YZF-R6 (desconocemos el año). Ideal para competir en la categoría supersport de las máquinas de descabezar margaritas. Por cierto, hay que ser muy valiente para probar algo con esas características sin ir al menos con algún elemento de protección.
En el segundo caso, nos encontramos con el cortacésped de la categorías de Superstock pues han trasplantado un motor de Suzuki Hayabusa. Al menos, y seguramente a la vista de la precariedad en cuanto a la estabilidad y la facilidad de que se diese la vuelta, han instalado una barra trasera antiwheelie que permite acelerar a fondo aunque sea a costa de estar todo el día con las ruedas levantadas.