Jessi Combs, la mujer más rápida del mundo a título póstumo
Se le concede el récord de 841 km/h momentos antes del accidente que le costó la vida


En agosto del año pasado, la piloto americana Jessi Combs sufría un accidente mientras intentaba convertirse en la mujer más rápida del mundo, superando un récord que llevaba sin batir 40 años. Ahora se le ha reconocido el récord a título póstumo, con una velocidad oficial de 841,338 km/h.
Jessi Combs era conocida por su participación en varios programas televisivos como Cazadores de Mitos, Overhauling y también All Girls Garage. Pero realmente su pasión era fabricar estructuras, automóviles y conducir cualquier tipo de vehículos con ruedas. Quería demostrar (y lo hizo) que la mecánica y la velocidad no es terreno exclusivo para los hombres.

Representante de la Sociedad Americana de Soldadura, era una hábil constructora y fabricante, creando siempre que podía artefactos de todo tipo con sus propias manos. Además de trabajar el metal, también se manejaba bien con el cuero y la fotografía. No se ponía nunca límites y uno de sus mantra era "Lo intentaré todo al menos, dos veces".
Jessi Combs era además una luchadora nata. Doce años atrás sufrió un accidente laboral cuando le cayó encima una estructura que le partió la columna. Parecía que no volvería a andar pero tras varias operaciones y más de ocho meses de recuperación, recibió el alta completamente recuperada.

Amante de la velocidad, en 2016 ya consiguió alcanzar 640 km/h de media y una máxima de 708 km/h sobre un automóvil. El año pasado alcanzaría los 777 km/h, justo después de que Ed Shadle, el fundador del North American Eagle para el que corría, falleciese de cáncer. Sin embargo un problema en el mecanismo de bloqueo de la puerta inhabilitó el récord. Pero su meta era ser la mujer más rápida de la historia y para ello tenía que superar el récord que poseía Kitty O'Neil desde 1976, cuando alcanzó los 821,908 km/h.
Aquel desafortunado agosto de 2019 y según cuenta Terry Madden, pareja de Combs, "se despertó con una alarma que decía "hagamos historia", y fue un día increíble. Por la mañana, rompió sus anteriores marcas pero al volver en el remolque, tuvimos una corazonada. Había cosas que nos incomodaba por seguridad, aunque yo le dije que le apoyaría sea cual fuese la decisión que tomase. Reservamos una casa en el lago Tahoe para el día siguiente y decidió que esa tarde sería la última vez que correría, y así completar su intento de asaltar el récord. Luego lo dejaría para siempre y sería el piloto de reserva el que iría a por el récord. Esa fue la última vez que subió a ese coche."
"No había nada que ella pudiera hacer e hizo todo perfecto. No sé si esto es asunto de nadie y, me es muy difícil hablar, pero últimamente me han preguntado sobre si ella había hecho algo mal, y no puedo aguantar que lo digan. Yo estaba en el coche de seguridad al lado, y ya estaba disminuyendo la velocidad cuando ocurrió el accidente. Lo vi en directo, así como las imágenes a bordo que se recuperaron. Puedo decir al 100% sin ninguna duda que ella hizo todo exactamente como se suponía que debía hacerlo."
Según el informe posterior al accidente, este se produjo por un objeto que golpeó una de las ruedas y que hizo que se dañase cuando ya estaba en fase de deceleración sobre el lago seco del Alvort Desert, en Oregón. Posteriormente el dragster a reacción de 50.000 CV se incendió aunque Jessi falleció debido a los politraumatismos sufridos por el choque.

Tras este tiempo, se han estudiado todos los datos telemétricos del vehículo y se ha podido constatar que Jessi habría alcanzado 841,338 km/h de media. Esta velocidad fue calculada entre la primera pasada de por la mañana y la de la tarde, que según la telemetría llegó a conseguir un pico de 885 km/h.
Aunque no haya podido celebrarlo, finalmente Jessi Combs consiguió su sueño de ser la mujer más rápida de la historia.