Esta marca está inspirada en la mítica Ruta 66, un viaje para explorar la libertad, una búsqueda de aventuras por una carretera que cruza Norteamérica de costa a costa. El espíritu de Skull Rider hay que buscarlo en la sensación de libertad al recorrer a toda velocidad una carretera infinita en un paisaje sobrecogedor y con el único sonido de la brisa en el que sólo el horizonte es el límite.
Skull Rider representa al personaje que protagoniza la imagen gráfica de la marca, un esqueleto humano con vida propia, un ser inconformista y rebelde. Se trata de un esqueleto con casco montado en una moto que viene a ilustrar este estilo de vida amante del riesgo que no sigue normas, que tiene la actitud triunfadora que acompaña a la juventud y las ganas de vivir sin miedo al peligro.
La marca nace de la ilusión de dos jóvenes que soñaban juntos aventuras en motocicleta, creando una firma de moda que hace de la rebeldía y la libertad su seña de identidad.
Jorge Lorenzo y Rubén Vinagre han sido inseparables desde los cuatro años y su pasión por las motos nace en sus primeros juegos de niños cuanto todavía desconocían lo que el futuro les iba a deparar. Con el paso de los años, Jorge se ha convertido en campeón mundial de motociclismo y Rubén en un hombre de negocios.
Lorenzo siempre tuvo el mundo de la moda entre sus inquietudes personales y Vinagre quiso dedicarse a la gestión empresarial. Ambos han alcanzado su sueño y de esa unión de fuerzas nace esta nueva marca de moda.
Gafas y camisetas
En esta primera colección se han escogido dos de los productos fetiche del motero: las gafas de sol y las camisetas. Estos productos son el principio de nuevas prendas que se irán añadiendo en un futuro en las colecciones de la marca.
La colección de camisetas está confeccionada con materiales de altísima calidad y cuidada hasta el último detalle como se refleja en las costuras, en las etiquetas, en las técnicas aplicadas en estampados y en su packaging. En el proceso de creación se buscaron materiales con toques de elementos técnicos y efectos metálicos.
Para las gafas del sol se ha trabajado con un tipo de polímero que conjuga solidez, durabilidad y ligereza. En su estética aparecen reinterpretaciones de estampados militares, clásicos como el carey y un gran surtido de colores: monturas en color rosa ácido, azul índico, verde lima o camel y sorprendentes cristales de color espejado. También se ha perfeccionado el tacto de los acabados con goma softtouch que le confiere a la gafa una textura exquisita.
