Un paseo de ensueño: Kawasaki ZX-7RR 1996
Cuando lo único que importa es pilotar


Siempre que empieza un año nuevo nos solemos marcar metas para el siguiente, aun a sabiendas de que es muy probable que no logremos alcanzarlas con éxito. Una de las que se repite de manera constante por los amantes de las Old School y en especial de las deportivas pertenecientes a la época de los 80 y 90, es poder hacerse con una de estas joyas. Si además es una versión de homologación como esta Kawasaki ZX-7RR que hoy os mostramos, mucho mejor.
Pero si no podemos adquirirla no estaría nada mal darnos una vuelta en una de estas, algo que han hecho los amigos del canal de Youtube Bike World dentro de su sección Dream Rides (Paseos de Ensueño), y que hemos conocido por los compañeros de Ride Apart. Pero claro, no todo el mundo estaría dispuesto a dejarnos su ZX-7RR, una motocicleta de la que tan solo se fabricaron 500 unidades con elo propósito de poder homologar las especificaciones WSBK de su modelo de competición.
De estas 500 según parece solo llegaron 50 ejemplares a Reino Unido, lugar donde ha sido la prueba, y de ellas tan solo 20 terminaron siendo matriculadas. Esto quiere decir que hoy, casi un cuarto de siglo después de su lanzamiento, es prácticamente imposible que podamos ver una rodando por aquellas latitudes. Pero esto es igualmente extrapolable a cualquier país del mundo donde esta belleza asiática llego con cuentagotas, o incluso que no lo hiciera por temas comerciales.
En cuanto a lo técnico y como mayores diferencias respecto a una ZX-7R estándar, podemos encontrarnos con la adopción de una batería de carburadores Keihin de 41 mm de compuerta plana, aunque también se homologó la posibilidad de colocarlos en 39 mm, ya que los primeros parecía que no funcionaban demasiado bien con la configuración original. También disponía de una caja de cambios de seis velocidades con las relaciones cerradas, o un incremento en el peso del cigüeñal en un 20 %, buscando mejorar la entrega de potencia, pero sobre todo de la tracción a la hora de abrir a fondo.

Montaba pinzas delanteras de freno Nissin en sustitución de las Tokico originales, aunque en ambos casos de seis pistones. Además, incorporaba ajustes en la suspensión delantera, con la opción de poder variar de avance de 25º a 24º y se lograba una rebaja en el peso total de 3 kilogramos, quedando ahora la cifra final en 200 Kg.
Por otro lado, se sustituyó el subchasis original de acero por uno de aluminio y se montaron neumáticos Dunlop Sportmax de la época, aunque los probadores en su momento se quejaban de necesitar mucho tiempo para coger la temperatura adecuada. Todo no podía ser de color de rosa, pero es ahí donde radica precisamente su encanto. Con una potencia máxima de 122 CV a 12.000 rpm, 10 más que la versión estándar, seguía sin ser la mejor de la categoría, pero para muchos es la “siete y medio” más bonita de aquella época.

En el video que os mostramos, según Chris Northover de Bike World, el conducir esta moto es un verdadero placer. Comenta que está muy bien afinada y que tanto la gama de potencia como el funcionamiento de la parte ciclo trabajan de manera coordinada para ofrecer lo mejor de sí. El sonido que emana su sistema de escape Akrapovič logra remover hasta al más tranquilo, todo ello unido a esa esencia tan característica de las motos de Akashi y una imagen que nos tiene enamorados a más de uno desde hace ya 26 años.