La avería más barata y que te deja más tirado en una moto
Rotura de cables (gas o embrague)

El tradicional mando por cable de acero (con funda) sigue siendo de uso mayoritario en las motos que vemos por la calle. No solo nos referimos a los frenos de tambor ya relegados a algunas ruedas traseras de scooter de pequeña cilindrada, sino sobre todo a dos mandos "vitales" en cualquier moto: el gas y el embrague.
La mayoría de aceleradores de las motos unen el puño derecho móvil de la moto con el cuerpo de mariposas de los carburadores, o la admisión de inyección, con un cable y su funda. De igual modo, la mayoría de embragues de las motos de marchas unen la maneta izquierda con la leva en el cárter a través de otro cable con funda.

Mecánica "de toda la vida" sencilla, y barata, porque estos cables son fáciles de comprar y cuestan poco más de un euro. Puedes encontrar una guía y recomendaciones para solucionar el problema en autodoc.es. Dado el bajo coste de estas piezas y lo poco que ocupan, llevar el recambio en la moto es fácil. El día que se rompan (porque algún día se romperán) agradecerás haber tomado esta decisión...
Los controles de acelerador electrónicos tipo "ride by wire" van llegando a las motos de última hornada, pero es algo que todavía tiene una pequeña minoría. En esos casos el piloto mueve un sensor que informa a la centralita y ésta es la que abre (o cierra) las mariposas de admisión: no hay una conexión física o mecánica entre nuestro puño derecho y el motor. De forma parecida, en las motos con cambio manual, los sistemas hidráulicos de embrague usan una bomba (como las de freno) para enviar presión a un pistón que es quien acciona el embrague en sí; tampoco es algo muy generalizado, más bien limitado a motos de gran cilindrada.
La avería por rotura del cable
¿Qué pasa cuando el cable está muy usado y la fatiga del material lo acaba partiendo? Fácil: nos quedamos sin mando. En el embrague, la maneta se quedará "suelta" y llegará al manillar sin ningún efecto. En el gas, el motor se quedará al ralentí (si íbamos en marcha será como haberlo soltado y desacelerará). Es una avería bastante habitual según las compañías de seguros con asistencia en carretera. Sin embrague la mayoría de motos permite cambiar "a capón" y el problema será calar el motor al llegar a una población o donde debamos detenernos (hazlo con el freno trasero siempre). Volver a arrancar, sin alguien que ayude empujando, no será fácil. Sin gas... podremos empujar la moto en punto muerto hasta cansarnos.

Para prevenir esta avería, dos consejos: el primero, incluir en nuestras tareas de mantenimiento una revisión visual del cable (es raro que se parta por dentro, lo hace justo en la parte cercana a la maneta o en la leva) y un engrase con aceite ligero (tipo WD40 que además desplaza la humedad y elimina óxido). El segundo consejo: consigue un cable nuevo y llévalo bajo el asiento.
Cuando eso ocurra, o si revisándolo en casa ves que empieza a deshilacharse y por lo tanto es prudente cambiarlo, es una operación bastante sencilla. Los cables de embrague son más fáciles porque están a la vista y enseguida lo dejas a la tensión correcta (que acabarás ajustando tras unos kilómetros). Los cables de gas son un poco más complicados: suelen ser dobles (envío y reenvío) y como mínimo necesitarás desmontar alguna parte de carenado y el depósito de gasolina para acceder a los carburadores o cuerpos de inyección. Y una vez regulada la holgura, es MUY importante comprobar que al girar el manillar de tope a tope ésta no se pierde, o te arriesgas a que la moto se acelere sola girando (peligroso).