Hace unos meses, Norton lanzó una campaña de crowfounding con el fin de ampliar el capital de la empresa. Stuart Garner, propietario de la marca británica, había reservado aproximadamente un 5% del capital de la empresa para pequeños accionistas. Sin embargo, un inversor abonó esta cantidad (sobre un millón de libras).
Sin embargo en los últimos meses la Agencia Tributaria británica les reclamaba 700.000 euros (600.000 libras) en impuestos de los cuales fue abonada la mitad. Esto ha propiciado un aplazamiento de 60 días hasta el 12 de febrero que continuará el juicio.
En este periodo, Stuart ha explicado que los 350.000 euros que quedan por pagar corresponden a créditos fiscales de investigación y desarrollo que se han retrasado después de haber invertido más de 15 millones de euros en I+D durante los últimos 3-4 años.
Sin duda una situación difícil que mantendrá en vilo a la compañía durante estas semanas y de cuya resolución pueden estar directamente en juego los puestos de trabajo de casi medio centenar de personas.