La moto más refrescante del verano
¿Genialidad o locura?

La línea que separa la genialidad de la locura es muy fina, tanto que depende de lo objetivo o subjetivo que sea el individuo que lo analiza. Por eso nosotros no sabemos si este artilugio forma parte de lo primero o de lo segundo. Lo que sí tenemos claro es que estamos ante la moto más refrescante que nos podemos echar a la cara ahora que el calor veraniego nos está azotando con toda su furia.
Refrescante por lo diferente que es y refrescante porque en su día fueron motos de agua. Lo realmente llamativo es que parece que no es tan extraño como podíamos pensar y es que hemos localizado dos motos que en su concepto son iguales. Gracias a internet hemos descubierto que hay más de un chiflado o genio que quiere ir con su moto de agua a todos sitios.
La esencia de estos proyectos que estamos viendo es creerte que surcas el mar mientras que en realidad estás circulando con tu moto para llegar a casa o al trabajo o irte a un chiringuito. En realidad para eso último es perfecto, porque no vemos que sortear el tráfico sea especialmente sencillo con este tipo de “cacharro”.
Como no podía ser de otra manera, una las imágenes nos llegan desde Estados Unidos. Allí sus leyes son mucho más permisivas que las nuestras y prácticamente con contar con faro delantero y trasero, luz de frenos y de intermitentes ya puedes hacer que cualquier cacharro con ruedas circule. Lo sorprendente es que el segundo vídeo tiene pinta de ser Italia, donde las cosas se espera que sean algo más serias en ese sentido. Sea como fuera, el caso es que además de una idea curiosa, también lleva detrás bastante trabajo porque la manera de hacerlo, es acoplar una moto o scooter de verdad en el casco de la moto de agua. Para ello hay que cortar y adaptar piezas de ambas y conseguir un híbrido así de curioso.
La parte mala de todo esto, además del dinero que cuesta una moto de agua por veterana que sea, es que tendrás una moto de agua que no podrás meter al agua porque se hundirá como una piedra y, claro, eso es un poco sinsentido. La parte buena es que si has sido capaz de motivarte para hacer un invento de estos, también vas a ser capaz de engañar a tu cerebro y pensar que los badenes son olas y el viento que te abrasa la cara a 45ºC es una brisilla agradable. Al final, como decíamos, la línea entre locura y genialidad la pones tú.