Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

La movilidad y la inmovilidad

El 22 de septiembre era el “día sin coches” y los días anteriores son la “semana de la movilidad”. Ayuntamientos y otras instituciones hacen campaña a favor de mejores medios de transporte: recomiendan andar, ir en bici o en transporte público. ¿Por qué todos se olvidan de las motos?

Durante unos días cada mes de septiembre recibimos un bombardeo de mensajes. Todos incitan a evitar usar el “transporte privado”, eufemismo de “coche”, y usar medios alternativos. A saber: ir andando, en bici o en transporte público (o compartido). Como cualquiera que use el transporte público sabe, si una parte significativa de personas siguieran ese consejo habría colapsos en metros y autobuses. Y como cualquiera sabe, todas esas opciones no “son opciones” en muchos casos.

Andar es sanísimo, pero cruzar la ciudad a pie cada día complicado, y hacer más de una decena de kilómetros más todavía. La bicicleta ayuda a acercar esas distancias medianas (no más allá), pero no todo el mundo puede elegir esa opción por salud o cantidad de objetos que necesita llevar. Además pese a algunos intentos de hacer la ciudad “amiga” de las dos ruedas sin motor a veces consiguen lo contrario. Los recientes carriles de Madrid son un perfecto mal ejemplo de esto. Queda mucho por aprender en este sentido y quizás sobran ganas de imponer políticas por parte de algunos.

Cuando andar o la bici no son una opción, la moto es el medio más eficaz y solidario.

En cuanto al transporte público, cuando hay que moverse desde más lejos la red sigue siendo demasiado insuficiente y a veces imposible de mejorar. Yo tardo algo menos de media hora en moto cada día (unos 40 kilómetros en cada sentido), y tardaría en torno a una hora en coche. Pero usando trasporte público me voy a las dos horas: no se puede justificar perder por sistema cuatro horas al día, media jornada laboral, sólo en desplazamientos. En otros casos la diferencia es menor, pero pasa de 10 o 20 minutos (moto) a una hora (metro/autobús), todavía demasiado tiempo perdido. El compartido, en algunos casos es buena idea, pero no sirve para todos y depender de que la aplicación funcione y los demás relacionados también, por ahora no es real. Y, en el fondo, es un coche privado más.

Día sin coches

Hace ya muchos años que se celebra esta jornada, que empezó como ”día sin coches”. Era una forma simbólica, y muy utópica, de hacer reflexionar a la gente sobre la necesidad real de usar su coche cada día, y de las ventajas que tendría poder eliminar sino todos la mayoría de los coches de la circulación. Como digo, es muy utópico: recuerdo años en los que precisamente el día 22/9 se formaban enormes atascos. Final de septiembre, y según en qué día de la semana caiga, puede ser una receta perfecta para que el día sin coches sea realmente el día con más coches y más atascos.

Recuerdo que el Ayuntamiento de Madrid fue valiente (muchos) años atrás decidiendo cortar algunas calles hasta ese momento impensables en ese día. Y dejando que por ellas circularan las motos. Todavía no habíamos vivido el actual “boom”: era antes de la convalidación de carné que ha permitido a tantos conductores de coche dejarlo en sus casas y subirse a motos de 125, pero Madrid empezaba a ser una ciudad amiga de las motos porque sabía que, a cambio, recibiría de ellas un tráfico más fluido para todos. Y así ha sido porque en el Madrid actual, como ocurre en otras grandes ciudades, si de repente los que vamos en moto cogiéramos el coche provocaríamos un atasco imposible.

Una moto más es un coche menos

Es mi eslógan favorito desde entonces, y es una gran verdad. Ha habido diferentes estudios de la repercusión del aumento de motos en circulación a cambio de coches, y los resultados siempre son los mismos: un pequeño aumento (personas que dejan el coche y cogen una moto) significa una notable mejoría en la fluidez del tráfico general. Y eso reza para los coches pero también para el transporte público (de superficie, autobuses). Vamos en moto porque nos gusta y porque llegamos antes, pero gracias a que nosotros vamos en moto hay un coche menos en el atasco. Es bueno recordárselo a más de uno de vez en cuando, sobre todo cuando las condiciones no son buenas (frío, lluvia).

La libertad de movimientos es un derecho fundamental y cada moto que circula es un coche menos en el atasco.

Hace pocos días asistimos a una demostración práctica de esto: el homenaje a Angel Nieto en Madrid. Nos juntamos más de 50.000 motos y todos fuimos capaces de llegar, aparcar, salir de nuevo para hacer 30 km hasta el Jarama… Fue una gran caravana y, sí, hubo que cortar dos calles (las que dan al Estadio Bernabéu), pero ¿imaginas lo que sería una parte eso, con coches? Imposible.

El mensaje cambió hace tiempo para no ir en contra de un determinado medio (lo del “día sin coches”) pero por ahora veo este año muchos mensajes dirigidos a los medios digamos no-universales y ninguno a las motos que, sin ser tampoco para todo el mundo, son mucho más versátiles.

Lo último

Lo más leído