La tecnología de la moto al servicio de la seguridad (II): aceleración


Por ello desde hace tiempo existen los controles de tracción también en las motos aunque antes de ello, es importante detenerse por un momento en el acelerador electrónico, más conocido como ride by wire y mediante el cual, el cable físico que unía el acelerador con el motor deja de tener validez, siendo sustituido por un potenciómetro que envía señales digitales a la centralita, mejorando la precisión y permitiendo un mejor funcionamiento de los sistemas electrónicos.
Además del acelerador electrónico, muchas motocicletas incorporan varias curvas de potencia. Sobre todo aquellas con potencias elevadas, permitiendo así un uso más sencillo cuando las condiciones climatológicas no son las ideales o, por ejemplo, si queremos usar la moto para hacer un viaje de una forma más cómoda.
Dependiendo de la moto de la que estemos hablando, si deportiva o más turística, los modos de conducción suelen ser uno específico para lluvia (normalmente con aproximadamente 100 CV y una curva de potencia suave), así como otro más deportivo e incluso un tercero Touring en medio de ambos. Motos maxitrail como la BMW R1200GS Adventure pueden llegar a las 5 opciones.
Ambos modos cuenta con una potencia semejante, normalmente la máxima que es capaz de ofrecer la motocicleta, pero se diferencian en la forma que tienen de entregarla. En modo touring la curva de potencia es más plana mientras que en sport, suele ser más contundente a los movimientos del acelerador.
Por último algunas motos cuentan con otro modo especialmente preparado para rodar en circuito. La entrega de potencia es la máxima que puede dar en todas las condiciones y en muchas ocasiones, el recorrido del acelerador es más inmediato para permitir un mayor rendimiento.
Como ocurría con el ABS, los controles de tracción también los podemos dividir en dos categorías. Por un lado están los llamados pasivos y por otro los activos. Los primeros se basan en los mismos captadores montados para el ABS en las ruedas y miran las velocidad de rotación de las mismas. En caso de que la rueda trasera gire más rápido que la delantera, el sistema detecta que se está produciendo un deslizamiento y el motor rebaja su entrega de potencia.
Los sistemas de control de tracción más sofisticados son los activos que además de estos sensores cuenta con otros muchos repartidos por toda la moto y que saben en todo momento desde la velocidad, régimen de giro, posición de acelerador, inclinación etc. De esta forma son capaces de anticipar cuándo la moto va a sufrir una pérdida de adherencia y obrar en consecuencia, permitiendo una aceleración máxima en todas las circunstancias sin condenar la seguridad.