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Las baterías Grabat dispararían la automoción eléctrica

Fotos: Graphenano
Graphenano es una empresa española con inversión china que está desarrollando baterías de grafeno, que permitirían incrementar notablemente el rango de uso de los vehículos eléctricos, equiparando su autonomía a la de los motores de explosión.

Imagínate que tienes una moto eléctrica que te permite realizar más de 300 kilómetros con una carga, cuya batería se puede recargar en solo cinco minutos, y que no pesa ni quince kilos. Eso es lo que anuncia la empresa española Graphenano, cuya batería Grabat, realizada con grafeno, permitiría competir a la automoción eléctrica con la autonomía de los motores de explosión.

El grafeno es un material novísimo, descubierto en 2004 por dos científicos de la Universidad de Manchester, Andre Geim y Konstantin Novoselov, y seis años después se le otorgó el Premio Nobel de Física por su descubrimiento. El grafeno destaca por sus extraordinarias características: es ligero, fino, flexible, transparente, más duro que el acero, y un gran conductor de calor y electricidad. Y genera electricidad al ser alcanzado por la luz.

Actualmente, el uso de baterías de litio es el más generalizado y avanzado del mercado, pero las baterías de grafeno ocupan menos espacio, son más ligeras, tienen mayor capacidad de carga, y se recargan de forma más rápida. Es decir, si se produjera su implantación en la automoción eléctrica supondría una verdadera revolución.

Graphenano es una empresa de Yecla (Murcia) cuenta con el apoyo de un socio industrial chino, el Grupo Chint, y que ha desarrollado sus baterías Grabat en colaboración con las universidades de Córdoba y Ciudad Real. Grabat es una batería desarrollada para toda clase de aplicaciones: motos y coches, baterías domésticas, drones, etc. Según la empresa española, su vida útil es cuatro veces superior a una de litio, y aunque no se informa de precios, Grapheno asegura su coste sería similar al de las baterías de litio.

La inversión inicial en el proyecto es de 30 millones de euros para desarrollar 20 líneas de producción que permitiría fabricar 80 millones de unidades. La primera línea estará operativa en marzo, y para junio se espera que haya cinco en funcionamiento. En una segunda fase se invertirían 350 millones más para ampliar la planta de Yecla, crear 7.000 empleos y alcanzar su plena producción en 2019.

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