Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. Martin Luther King (1929-1968)
Esta cita resume un poco lo que vivimos últimamente de cara a un gobierno que culpa siempre de todo a los demás o, como podríamos decir de forma más acertada, que sólo ve la paja en el ojo ajeno.
Limitaciones. ¿Se han equivocado en limitar a los nuevos conductores del carné A por dos años? Parece que sí, que resulta que los índices de siniestrabilidad en carretera siguen aumentando por nuestra puñetera culpa. Toca volver a poner trabas y destinar, seguramente, una partida de dinero infame a la reforma en la obtención de dicho carné.
¡¡¡Si es que los moteros somos muy malos!!! Claro está que cualquiera es más peligroso con una moto limitada que un mendrugo novel con los bafles a toda caña y sentado sobre un Golf de 210 CV. ¡¡¡No Mariano, que te equivocas, que están limitados!!! Claro, no recordaba que llevan la L pegada en el cristal y que por lo tanto les limita a 80 Km/h. Si es que soy muy torpe.
Nuevos carnes. Que la DGT y los agentes que la representan se merece el mayor de los respetos, no es ningún secreto y no debería de serlo para nadie. El problema no está en el que se juega la vida día a día por la seguridad de nuestras carreteras, sino en que los que se sientan en sus cómodos sillones o por la contra viajan en un coche oficial (= a me puedo pasar por los bajos los límites de velocidad, que yo no soy de la plebe).
Ya estoy cansado de hablar del personaje que representa a la citada institución. Pero es que el personajillo da mucho juego y en épocas de crisis no estamos para desperdiciar nada. El Sr. Pere Navarro, de todos conocido y querido, sólo ve un problema en la siniestrabilidad de las carreteras: el motorista; cuando nosotros, los que disfrutamos de unos momentos sobre nuestras monturas, vemos otro bien distinto: el estado de las carreteras y sus medidas de seguridad.
Limitados. Que cada día tenemos menos sitios, de los clásicos de toda la vida, a los que acudir es un hecho, en parte motivado por nuestra propia culpa y algunos cánceres que como en cualquier otro sitio existen, pero por los que no debemos pagar todo un colectivo. En fin, que yo personalmente ya he dejado de acudir a ciertas zonas por el simple motivo de no tener que estar parando a enseñar los papeles 3 ó 4 veces, cuando lo que se busca es disfrutar de un paseo y del compadreo de los amigos de viaje.
Compañeros, sólo nos queda aguantar. Esta DGT cada día se parece más a la SGAE. Dentro de poco nos cobrarán un canon por utilizar neumáticos porque los motoristas nos cepillamos el asfalto o porque rompemos los guardarrailes con nuestros miembros, no sé, cualquier excusa es buena, igual que la que nos hace falta para que un amigo nos diga: ¿sales? y nos enfundemos en nuestras indumentarias para disfrutar de nuestra pasión.
