De todos los elementos que hacen diferente a BMW del resto de los fabricantes de motos en el mundo, hay dos que destacan. Uno son los motores boxer, emblema de la casa, y el otro es el cardán que manda la potencia del motor hasta la rueda. Sobre el papel, el cardán tiene grandes ventajas de mantenimiento frente a cualquier otro tipo de transmisión secundaria. Pero en esta ocasión el fabricante germano se enfrenta a un gran desafío. Según cuenta Motorrad, BMW ha puesto sobre aviso a su red de talleres oficiales porque se enfrentan a una revisión masiva de más 440.000 motos en todo el mundo.
Al parecer, los técnicos de BMW han encontrado una acumulación de defectos en el cardán del boxer GS refrigerado por agua a partir del año 2013 y hasta 2021, cuando llegó el nuevo modelo, algo que afecta especialmente a las R 1200 GS y R 1250 GS. En ellos el cardán está sometido a una mayor tensión debido al ángulo de articulación entre el túnel del cardán y la transmisión trasera. Esto sucede justo en el punto en el que se encuentra la junta trasera del cardán y combinado con uso que se le haya dado a la moto, podría producir un desgaste prematuro por efecto de la corrosión. (Entendemos que al no poder garantizar la estanqueidad del conjunto en ciertos momentos).
Al percatarse del problema, desde BMW están preparándose para poner en marcha un plan de acción global que implicará revisar todas las motos que teóricamente podrían estar afectadas. Para poder hacerlo y no tener que desmontar cada moto, han desarrollado un dispositivo de prueba que, colocado en la rueda trasera, lleva sensores que monitorizan el procedimiento en el que se pone a prueba el cardán. Si los datos arrojados están dentro de los parámetros no habrá que hacer ninguna reparación, aunque sí se colocará, por precaución, un sistema de respiradero en el túnel cardánico. Con una válvula de sangrado se conseguirá que salga el aire y sobre todo la humedad, principal problema que genera la corrosión que afecta al cardán. Así esta pueda salir, pero a la vez será un sistema que no deje pasar nada del exterior dentro.
Si por el contrario se encuentra algún tipo de anormalidad, se revisará a fondo buscando daños en la junta y los cojinetes de los rodillos, así como en el engranaje de la transmisión del eje trasero cambiando lo que sea necesario. La revisión en sí se estima que llevará solo 45 minutos y, en principio, se irá llevando a cabo cuando las motos se acerquen al servicio oficial para sus revisiones de mantenimiento programadas. Otra cuestión en lo que a tiempo se refiere será el tener que sustituir piezas. En cualquier caso y sabiendo que los servicios oficiales se están preparando para la campaña, será cuestión de tiempo que BMW empiece a contactar con los propietarios para ir organizando la acción que, como marca la ley, cubrirá económicamente la empresa alemana.
