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Lo que nunca tenía que haber escrito

Fotos: SMN
El motociclismo tiene muchas cosas buenas, pero también nos proporciona momentos muy difíciles como el que se ha llevado por delante a Luis Salom.

De vez en cuando la vida… al contrario de lo que dice la canción de Serrat, te ofrece lo más amargo de su repertorio. Nunca me hubiese imaginado escribir lo que estoy escribiendo ahora mismo y creedme que si lo hago es solo por él, por “el mexicano”, bueno por él y por los otros tantos que se han ido últimamente y que por desgracia he conocido de cerca. Digo por desgracia con un matiz del todo egoísta, pues aunque me enorgullece enormemente el haberlos tratado de cerca, me duele incluso con más intensidad su pérdida. Cuando yo llegué al mundial, Luis tuvo uno de sus mejores años como piloto, luchando de tú a tú con Maverick Viñales por el primer título de Moto3.

Fue durante ese año cuando yo conocí a Luis, y desde el primer momento hubo conexión, algo que no siempre se da entre piloto y periodista. Ese año, las dos carreras que se corrían en Estados Unidos eran consecutivas y aproveché entre carrera y carrera para hacer turismo por los “States” junto a mi mujer y mi hija, que por entonces tenía 8 años. A esa edad, los niños ya saben lo que quieren y mi hija quería hacerse fotos con algunos de los pilotos, pero no con todos. Le hice varias fotos con algunos pilotos de MotoGP y no me preguntéis por qué, pero hizo especial hincapié en hacerse una con Salom, a lo que el mallorquín se prestó encantado.

no puedo dejar de acordarme de Rivas, Martínez, Simoncelli, Agüi, Jones, de tantos y tantos otros, amantes todos del mundo de la moto, pilotos, periodistas o aficionados.

Cuando Luis tuvo la fatídica caída yo no me encontraba en casa y fue mi hija la que me llamó y me contó con un nudo en la garganta la desgraciada noticia. No he visto las carreras, no me he sentido con ganas, de repente he perdido la motivación de ver una carrera de motos.

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Es triste lo que ha pasado, muy triste, pero desafortunadamente no es la primera vez que pasa, y lo que es peor, no será la última. Hoy no puedo dejar de acordarme de Dani Rivas, de Bernat Martínez, de Marco Simoncelli, de César Agüi, de Craig Jones, de tantos y tantos otros, amantes todos del mudo de la moto, pilotos, periodistas o aficionados, que han perdido la vida de manera drástica, dejando una profunda pena y un agujero inmenso en las tripas de los que nos quedamos.

Todo el que monta en moto sabe que asume un riesgo y a veces el destino se lo cobra sin piedad. El único consuelo que me queda es el pensar en muchos otros que, después de haber puesto en riesgo su vida una y mil veces practicando cualquier deporte de riesgo, no han perdido la vida practicando ese deporte, sino por cualquier otra circunstancia, como le pasó a Mike Hailwood, que murió junto a su hija en un accidente de coche cuando iban a comprar fish & chips para la cena. O el triste caso de Barry Sheene al que un cáncer de garganta se lo llevó por delante. Con esto quiero decir que cuando la parca viene a buscarte, poco le importa lo que estés haciendo.

Todo el que monta en moto sabe que asume un riesgo y a veces el destino se lo cobra sin piedad

Durante el fin de semana hubo dudas sobre la posible suspensión de las carreras, pero en honor de Luis se decidió correr en Montmeló, como él mismo, y de esto no me cabe duda, hubiera decidido si hubiese estado en su mano. Yo también volveré a ver las carreras, en honor de Luis y de tantos otros.

Será difícil olvidarte, Mexicano.

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