En la zona industrial de Algete, localidad muy próxima a Madrid, Chicho Lorenzo ha abierto una nueva instalación, de impecable factura y espectacular puesta en escena, para desarrollar y enseñar su método específico, con la esencia que forjó a nuestro campeón de MotoGP.
El interior de la nave que lo alberga ha sido decorado con una intensa luminosidad, que contrarresta tanto la negrura del asfalto como la sombra que lo cubre. Así los futuros alumnos podrán guiarse, con diáfana nitidez, sobre las líneas geométricas que el gurú gallego ha dibujado con trazo de tiralíneas, como plantilla gráfica de su trabajo docente. Todo el contorno del recinto cubierto ha sido acolchado meticulosamente, sin dejar ni un centímetro por cubrir, lo mismo que la columna sobre la que se soporta la estructura que techa la propia nave.
En cuanto al pavimento, llama la atención a simple vista por su aparente esponjosidad y por su grueso granulado, para sentir, una vez que caminas por él, cómo coge la suela del zapato. La escudería que forma el parque móvil de la escuela resulta de lo más variada. El pelotón de pit bikes representa la mayoría, pero en la formación también encontramos minimotos de manillar alto y propulsión eléctrica, y también una SuperSport 600, que realmente llama nuestra atención, dentro de un recinto tan comprimido. Preguntamos a Chicho si no estaría allí como mera muestra deportiva. El sabio gallego nos responde con su habitual seguridad, que no, que se trata de una herramienta perfecta para trabajar su método.
Después del cole
Chicho ha traído hasta Madrid la esencia que engendró hace años, y que ponía de relieve sobre aquel aparcamiento junto a las piscinas municipales de Palma de Mallorca. A aquel peculiar espacio, los niños acudían de la mano de padres y abuelos para practicar una actividad extra escolar, con la misma disposición del inglés o de la música, pero con un desarrollo eminentemente distinto, un juego, al fin y al cabo como lo podía ser el fútbol o el kárate. Tal era el enfoque colegial de aquella primera escuela que a media tarde se hacía una parada obligada para la merienda. Se podía ver en ese descanso cómo los pequeños daban cuenta del pan con chocolate, o del bollo de moda, subidos a horcajadas de las minimotos, o sentados sobre las bicis de entrenamiento sin pedales.
Ahora, esa forma de entender la tarea deportiva como prolongación de la formación recibida en el colegio, representa una de las tres líneas de trabajo que llevará acabo esta nueva escuela Lorenzo Indoor para niños y niñas con edades comprendidas entre los 2 y los 15 años.
Para aficionados
Cada vez son más los aficionados a las rodadas que acuden a los circuitos de forma asidua y periódica a lo largo del año. Para ellos, la escuela Lorenzo Indoor se presenta como un laboratorio en el que aprender los secretos de un preciso pilotaje para después ponerlo en práctica, con la consabida satisfacción de ver bajar el crono, sobre los grandes escenarios mundialistas que tenemos el privilegio de disfrutar en nuestro país.
Ésa es la segunda línea de trabajo de esta particular escuela indoor.
El Máster
En cuanto a la tercera, traemos a nuestra memoria el especial encargo que propusieron a Chicho hace años. Un piloto del WSBK había observado en su telemetría que, por una misteriosa razón, era más lento en las curvas de un lado que del otro. El ideólogo gallego se puso a trabajar con él, ejecutando una serie de ejercicios, tan específicos y secretos como la fórmula de la Coca Cola, hasta que las gráficas de aquel piloto hicieron tabla rasa por ambos lados de su pilotaje.
De otra parte, encontramos el testimonio de Jorge Martín, que al proclamarse campeón del mundo de Moto3 la pasada temporada, aseguró a la prensa especializada que gracias al trabajo con Chicho Lorenzo, había cambiado por completo su pilotaje, hasta conseguir bajar sus tiempos en algunas décimas, que a la postre resultaron definitivas para su brillante triunfo. Al igual que Jorge Martín, Jaume Masiá y Jorge Navarro son pilotos que también han trabajado intensamente con Chicho Lorenzo.
Con estos avales por delante, la escuela Lorenzo Indoor ataca su tercera línea de trabajo, dirigida a formar pilotos, prácticamente de cualquier edad, con las máximas aspiraciones planteadas por delante.
Chicho Lorenzo: “Hay otros pilotos que empezaron con nosotros, como lo es Augusto Fernández, que el año pasado hizo una temporada impresionante y que por la puerta de atrás ha llegado a lo alto. Nos hemos fijado en algunos pilotos como Dani Pedrosa, que es muy fino, también en Jorge, que están en lo más alto porque lo hacen bien. Cada piloto tiene su estilo, hay variaciones y eso es lo que estudiamos”.
Jorge Lorenzo: “Hay cantera, como Jorge Martín, pero no hay que relajarse, ya que en Italia están muy fuertes, y la época dorada de hacer tripletes cada fin de semana ahora es más complicado. Los italianos nos están pisando los talones”.
