Los escapes ruidosos no salvan vidas, pero sí cabrean

Hace años en la comunidad británica y americana se acuñó la frase que decía: "Loud Pipes Saves Lives". La traducción es sencilla, "los escapes ruidosos salvan vidas", y estaba basada en el hecho de que si no nos ven, al menos que nos escuchen y sepan que estamos ahí. Pero el problema es cuando se decide ir un paso más allá y en vez de ganar algo de sonido con un escape homologado, se elige llevar uno ilegal sin DB Killer o directamente trampeado.

Hasta en los circuitos los escapes tienen que cumplir una limitación de ruido, es decir, no hay un todo vale. Cuando la moto se usa para circular por carretera, hay que pensar que compartimos nuestro espacio con otros usuarios y con el resto del planeta (seres vivos), y un escape ilegal no hará que nos vean antes, pero sí que hagamos crecer un odio hacia la comunidad de los usuarios de dos ruedas y nos tachen de macarras.

Si hablamos de las ciudades, el asunto todavía empeora más. Hay estudios que demuestran que la contaminación acústica es responsable de 10.000 muertes prematuras de forma anual en Europa. No estamos hablando de algo baladí. Y en el mismo tipo de conductor macarra incluimos a los de coches, por supuesto.

No es extraño que países como Alemania o Austria hayan prohibido circular motos ruidosas por sus carreteras, siempre y cuando superes los márgenes legales. Y que ya se estén empezando a probar radares acústicos en las ciudades. Si no, la situación puede ser insostenible. Cuando alguien compra una moto y lo primero que piensa es en gastar 800 euros en un escape, pero va en pantalones y zapatillas, algo no le funciona bien en la inyección de su cerebro.

Volviendo al tema de inicio y el hecho de que si una moto ruidosa puede hacer que no sufras un accidente, mucho nos tememos que es una falsa creencia hoy en día. Con automóviles cada vez mejor insonorizados, sistemas de sonido que permiten ir casi absortos a los ruidos exteriores y conductores más despistados, no te van a escuchar a no ser que vayas en primera (ojo, que hablamos de ciudad, 50 km/h) con el motor aullando, y creo que nadie circula de esa manera. Además, el escape apunta hacia atrás por lo que las ondas sonoras se desplazan al contrario de nuestro movimiento, modificando la frecuencia con la que la escuchamos y la intensidad con que nos llega.

Añado que un escape ruidoso, además, nos hará ir perdiendo audición con el tiempo pues nos provocará daños en el oído. Y solo tenemos dos orejas para toda la vida. Aunque a algunos, las cosas le entran por una oreja y le salen por la otra.

A la hora de evitar accidentes, la mejor forma es conducir de forma defensiva, anticipando las reacciones del resto de conductores. Evitar los ángulos muertos de los espejos y, sobre todo, poner todo de nuestra parte para que nos vean (ropa de colores llamativos, velocidad adaptada a las circunstancias, evitar maniobras bruscas, etc).

Y sí, estar con el móvil a todo volumen en la playa/piscina también hará que algunos quieran ahogarte, y con razón.