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Los fabricantes ven las orejas al lobo tras el Sí al Brexit

Fotos: Public Domain
Ayer, el Reino Unido daba su Sí al Brexit tras el referéndum celebrado en las urnas. Fue por un escaso margen de menos de un millón de votos y, aunque no es definitivo, no ha sentado nada bien a la industria del motor

El Sí al Brexit no es definitivo. Todavía el Parlamento Británico, en calidad de soberano, debe aprobar una serie de Leyes que lo aprueben y comunicárselo a la UE. Entonces arrancaría un plazo de dos años para negociar las condiciones de la salida (Artículo 50 del Tratado de Lisboa).

Si en este periodo no hubiese acuerdo todavía, el plazo puede posponerse pero únicamente si los otros 27 socios de la Unión mostrasen su acuerdo único. Pero las incógnitas son varias porque el único precedente de algo similar ocurrió en 1985, cuando Groenlandia abandonó la antigua Comunidad Económica Europea.

Parece que tras las votaciones, es bastante seguro que el Parlamento siga adelante con la ruptura pues, llevar la contraria a la decisión popular podría tener graves consecuencias políticas.

Aunque es muy pronto para saber las consecuencias si, finalmente abandona la Unión Europea, los fabricantes de la industria automotriz ya han dado la voz de alarma. Dependiendo de los acuerdos a los que se llegase (Noruega está fuera de la UE pero tiene un acuerdo de libre comercio), la economía del país podría sufrir un fuerte impacto.

Y es que aproximadamente el 80% de los vehículos fabricados se exportan y, en caso de no llegar a un acuerdo económico, los productos que se exporten llevarían unos importantes recargos financieros que impediría su competencia en cuanto a precios.

Sin embargo, aquellos que están a favor de la separación sostienen que se podrían llegar a acuerdos beneficiosos, sobre todo si tenemos en cuenta que ya aplican las reglas del mercado único. Pero a la vez dejarían de tener que aceptar el libre movimiento de personas u otras regulaciones.

De momento el Departamento del Tesoro Británico ha llegado a la conclusión de que, a corto plazo, se produciría una recesión pero en la que el abanico de su gravedad sería muy amplio.

Lo cierto es que lo que es seguro, es que se avecinan importantes cambios. Y es que la cultura automovilística tiene allí un gran arraigo. Así lo mostraban en Top Gear hace algunos años:

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