Los radares de ruido llegan a España este verano
Barcelona los instalará, aunque en primera fase no multarán

Los estudios demuestran que la contaminación acústica es perjudicial tanto para los seres humanos como para el hábitat en el que vivimos. La OMS ya hace tiempo que realiza diferentes estudios y propuestas al respecto buscando un entorno más saludable para las personas, especialmente en las ciudades donde la contaminación en todos los ámbitos juega un factor determinante en la salud.
Por ejemplo, estiman que en Barcelona el 57% de la población de Barcelona está expuesta a niveles de ruido perjudiciales para la salud, y que estos son provocados por el tráfico. Por eso no es de extrañar que el ayuntamiento de la Ciudad Condal haya decidido tomar cartas en el asunto tal como han anunciado en el Plan 2022-2030 presentado por el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica Eloy Badía.
Dentro de ese plan se incluyen varias medidas, pero la más llamativa es la implantación de radares de ruido en varias calles de la ciudad. Por el momento, estos primeros dispositivos se instalarán en las calles Almirall Churruca, Allada Vermell, Enric Granados, Joaquim Costa, Rogent, Osca, Nou de la Rambla, la plaza Geroge Orwell, el Triangle Lúdic, la Rambla del Poblenou así como en diferentes calles no especificadas del barrio de Gracia.

Aun así, estas no serán las únicas medidas adoptadas y es que pretenden bajar la velocidad máxima de calles que aún están a 50 km/h hasta los 30 km/h. Con esa rebaja de velocidad máxima se estima un descenso de entre dos y tres decibelios. A su vez fomentarán que los usuarios dejen de utilizar el vehículo privado en su día a día y estiman que la reducción del uso será de hasta un 25% en 2024.
Por otro lado, el ayuntamiento barcelonés también pretende poner en marcha el programa Superilla Barcelona y Ejes Verdes, con un impacto estimado de una rebaja de dos a cinco decibelios en las zonas afectadas. Para ello también actualizarán la flota municipal con vehículos “sostenibles” a la par que prevén construir túneles urbanos.
En cuanto a los sonómetros, hay que decir que se implantarán este mismo verano y que en una primera fase no multarán, aunque cabe esperar que un plazo razonable pasen a multar como en otras partes de Europa. Como hemos comentado en múltiples ocasiones, solo era cuestión de tiempo que la guerra contra el ruido llegase al otro lado de los Pirineos.