Mañana vuelve a abrir sus puertas la exposición por los 75 años de Montesa
Montesa, 75 años de una aventura irrepetible

El año pasado, Montesa celebró su 75 aniversario. Todo un hito pues la convierte en la marca del motor más longeva a nivel nacional, y todo un referente a nivel internacional, donde se puede decir que se codea con algunas de las marcas británicas más icónicas. Y para celebrarlo, puso en marcha en el Museu de la Moto de Bassella una impresionante exposición bajo el nombre “Montesa, 75 años de una aventura irrepetible”. Ahora y tras el cierre obligado por la situación sanitaria, la muestra vuelve a abrir sus puertas mañana jueves 18 de marzo.
Hace algunos meses ya tuvo lugar otra exposición, en este caso fue en el Palau Robert de Barcelona, “Montesa, la forja de un mito”. Pero la de Bassella va un paso más allá pues mientras en esta primera muestra la marca buscaba exponer y dar a conocer sus modelos más emblemáticos a través de un recorrido cronológico, esta vez, en el Museu de la Moto, el objetivo ha sido muy distinto. En esta ocasión, el visitante podrá disfrutar de auténticas piezas de coleccionista, muchas de ellas inéditas, agrupadas por categorías: turismo, motocross, trial, enduro, competición... Dentro de cada uno de estos recorridos se seguirá también un orden cronológico.
Para saber más: ¡Viva Montesa!: 75 años de historia motociclista (1945-2020)
Para tener en cuenta el valor de la exposición, se ha recogido la colección de piezas privadas más grande vista hasta el momento. Entre las exclusivas e importantes motocicletas que el aficionado se encontrará en la exposición destaca una muestra única de unidades de competición, entre las que se encuentran tres modelos Sprint (1954, Leif Smedh; 1956, J. R. Eizaguirre; y 1958, R. Quinanilla), dos modelos participantes en el TT de la Isla de Man (XLE-51, que conseguía alcanzar los 135 Km./h.), la primera Montesa participante en los ISDT (D-51 Varesse), la 250 Bicilíndrica de motor de válvulas rotativas (1966), la popularmente conocida como “Uruguay” (1959) o una Brio refrigerada por agua (1957).
En palabras de Pep Itchart y Santi Ruiz, comisarios de la exposición: "Es muy complicado que todas las motocicletas de la exposición se puedan volver a reunir en las mismas condiciones. Supone un hito inédito y casi irrepetible para la historia de Montesa y del motociclismo."

Hay también un buen número de prototipos poco vistos, como la Fura de 1958, además de unidades de motores inéditas, bicicletas y otras producciones. Y por supuesto, los modelos más emblemáticos como la Impala, las Brío o las Cota conocidas por todos.
La exposición muestra la importancia de la investigación y el diseño, experimentando con nuevos motores y soluciones técnicas para diferentes disciplinas de la práctica motociclista. Según Ichart y Ruiz, “la vida de Montesa es al mismo tiempo una muestra de superación. Cuando el contexto socioeconómico no fue favorable, el acuerdo y posterior absorción por parte de Honda permitió la subsistencia de la marca con una nueva gama de modelos de trial que ahora, con Toni Bou, representan el absoluto dominio en el Campeonato del Mundo.”
