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Mantenimiento de la moto: aparcarla en invierno, trucos de hibernación

Si vas a dejar de usar la moto con el frío, sigue nuestros consejos
Aunque el calentamiento global alarga el otoño dejándonos montar en moto más semanas o meses que otros años, llega el momento en que el frío y la lluvia (o nieve) lo complican. Algunos seguiremos sobre dos ruedas, pero si vas a aparcar tu moto unos meses aquí tienes consejos para “hibernarla” bien.

Cuando las temperaturas bajan y llega la lluvia, vemos muchas menos motos por las calles y carreteras. Es normal, además de que hace falta equipamiento apropiado para seguir andando en estas condiciones, es incómodo (aunque el verano también lo es y contra eso no hay prendas especiales). Y no todo el mundo se siente seguro: con el frío el asfalto resbala más, con el agua la cosa empeora, y además los demás vehículos nos ven menos (cuando miran)… hay que duplicar el nivel de alerta.

No pasa nada, aparca la moto y ya la cogerás otra vez en primavera: ahora veremos cómo dejarla para que “el regreso” esté libre de problemas. Las motos (y los coches) son mecanismos que cuando se usan sufren desgaste. Pero si no se usan también sufren: las gomas se deterioran, los líquidos se degradan, la batería se descarga… veamos cómo podemos evitarlo.

Primeros cuidados

Evitar deterioro de carenado y metales es básico y la suciedad ambiental no ayuda: lavarla a menudo es bueno, y es siempre lo primero que debemos hacer antes de guardarla. Si crees que sí vas a cogerla algún día de estos que amanezca maravilloso y soleado (ojo que sí hará frío a primera y última hora), entonces no te conviene seguir los pasos que daremos para una “hibernación” profunda. Pero si es fácil que pasen varias semanas sin cogerla, haz estas tres cosas: límpiala, engrasa la cadena si tiene, hincha algo (unas 3 décimas) por encima de su presión las ruedas, y desconecta la batería (negativo). Si sabes que alguna rueda te pierde algo de aire, déjala más sobrehinchada, pero habrá que vigilar eso (mejor repararla). Por cierto, déjala siempre con el depósito bien lleno: sin aire, éste no se oxidará por dentro.

Para ir a dar una vuelta bastará conectar la batería de nuevo y, si acaso, parar un momento a comprobar las presiones aunque la moto tampoco irá mal con un ligero sobrehinchado. Sí te recomendamos comprar una funda: son baratas, por ejemplo la del Lidl que aparece de vez en cuando es perfecta. Cubrirla con ella no sólo evitará que se llene de polvo o se manche, ayudará a evitar miradas indiscretas o manipulaciones indeseadas. No sería la primera vez que la moto acaba en el suelo porque alguien “juega” (él o con su hijo) sobre ella en tu ausencia, si la tienes en un aparcamiento comunitario; y en la calle, con más motivo. En ese caso, busca un lugar no muy apartado y a poder ser resguardado de la climatología.

Hibernación más a fondo

Si estás seguro que no la vas a tocar en estos meses, puedes ir un paso más allá. Para evitar que los neumáticos se deformen, en lugar de hinchar las ruedas sólo ligeramente por encima de su presión correcta (como en el anterior caso) puedes meterles tranquilamente de medio a un kilo más a cada una. Y si la moto tiene caballete déjala sobre él, mejor que en la pata de cabra, sin duda (menos peso sobre ruedas y suspensiones).

También como antes, lavarla antes de guardarla es una idea necesaria. Lavarla, y después engrasar lo que toque: la cadena (si tiene) por supuesto con su grasa, aceite antihumedad (tipo WD40) en cables de mando o articulaciones (manetas, pedales, estriberas, caballete y pata de cabra, cerraduras). Y por fin con un spray de silicona (un aceite que se seca rápido pero deja una película brillante) en plásticos mates, piezas metálicas de motor y chasis, incluso en asiento y carenado. Con esto la moto conservará un aspecto como nueva, y los materiales no se verán envejecidos con los cambios climáticos y el paso del tiempo. La funda, al final y también como comentamos antes, es el toque final perfecto (mejor si la atas por debajo para asegurarla y evitar que el viento la vuele).

Llega el frío, cómo guardar tu moto para hibernarla

Batería: que no se descargue

La batería es una de las cosas que más fácilmente nos puede dar un disgusto al cabo de unos meses. El frío y el tiempo la pueden dejar sin carga, y si la moto no arranca… lo demás nos dará igual. Si tiene fácil acceso bastará desconectar el borne negativo; en la mayoría de motos así es, levantando el asiento o en una guantera delantera. Si se llega mal a ella (en algún scooter, como el TMAX, está bien escondida) podrías plantearte montar un desconectador para estas ocasiones. Lo que en NINGÚN caso te recomendamos es “dejarlo” pensando que cuando toque ya la cargarás antes de usar la moto. No sólo será un fastidio, sino que una batería descargada ya nunca vuelve a ser la de antes. Cada descarga las deja tocadas, sólo recuperan una parte de su capacidad, y más temprano que tarde tendrás que comprar otra. Mejor desmóntala y llévala a casa, donde puedas darle una carga de vez en cuando, o dejarla conectada a un cargador inteligente que la “mantenga”. Si tienes garaje propio o esa posibilidad (enchufe accesible) dejar la batería conectada así es lo ideal, claro.

En paradas largas (si sabes que no la tocarás en meses, o ante un viaje más tiempo) podemos ir más lejos con el motor. Por ejemplo, aprovechar para cambiar el aceite antes: es mejor dejarla con aceite nuevo en su interior que pensar en hacerlo a la vuelta, y que pase todo este tiempo con un aceite algo degradado y con impurezas (que se depositarán) dentro. Si es de carburadores, vaciando las cubas (tornillito inferior en cada una) sacarás también algún resto que pudiera quedarse ahí incrustado más adelante.

Motos de circuito, un paso más

Un tipo de motos que “hiberna” a la fuerza son las que se usan solamente en circuito, y es que hasta la vuelta del buen tiempo no verán la acción. El invierno es un buen momento para dedicarles tiempo y hacerles tareas de mantenimiento. Salvo que lo hayamos hecho recientemente, en esta época estará bien cambiar líquidos (de frenos y refrigeración). Un buen truco es vaciar el agua de refrigeración y cambiarla por anticongelante, que además de ese efecto limpiará el circuito; deja un post-it recordatorio para vaciarla y volver al agua antes de volver al circuito. Y, salvo que seas algo más que un aficionado y la puedas tener desmontada, aprovecha para dejar la moto sobre caballetes con las presiones también algo altas, y los calentadores montados (desconectados), que ayudará a evitar que la luz y el aire ambiente ataquen las gomas.

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