Los hechos ocurrían a mediados de este mes en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Allí Mariló Montero fue fotografiada circulando con su scooter sin casco y, más tarde, aparecía en la portada de la revista Corazón TVE con un pie de foto que rezaba: “Sin casco y a lo loco”.
Posteriormente la propia presentadora acudía a la comisaría de la Policía Municipal de la citada localidad y se autodenunciaba por conducir un ciclomotor sin casco. En el apartado de observaciones de la sanción aparecía que ésta había sido presentada por la propia infractora, que pagó 100 euros en concepto de la multa.
En primer lugar hay que reconocer el llamativo comportamiento por parte de Mariló Montero al presentar una denuncia contra ella misma. En unos tiempos en los que lo normal es que los personajes públicos de todos los ámbitos nieguen cualquier tipo de acusación aunque existan pruebas contra ellos, sorprende una actitud que la verdad, no debería harcerlo. Es igual que cuando dejas pasar a alguien hoy en día y te da las gracias, que te llama la atención porque no lo hace ya nadie.
Pero al mismo tiempo uno recuerda al genial Salvador Dalí y una de sus célebres frases que rezaba así: “No me importa si hablan bien o mal de mi, lo que me importa es que lo hagan”. Concedamos por lo tanto el beneficio de la duda y pensemos que lo ha hecho porque de verdad se arrepintió de haber llevado un scooter sin casco.
