Monos de competición: del pantalón de algodón al airbag
La industria del equipamiento no ha parado de aumentar la seguridad

Si echamos la vista atrás solamente 100 años es fácil ver las notables diferencias mecánicas entre una moto de 1920 y otra de 2020, pero al fin y al cabo siguen teniendo dos ruedas, un motor, manillar… Sin embargo, si observamos una foto de entonces y vemos las protecciones que llevaban los pilotos de entonces y las que llevan ahora sí que encontramos unas diferencias muy notorias. Afortunadamente la industria del equipamiento para motoristas no ha dejado de evolucionar y hoy en día nos parece normal que un mono incluya airbag de serie o esté confeccionado con piel de canguro, pero el camino para llegar hasta este punto ha sido largo y ha estado plagado de innovaciones.
Los comienzos: pantalón, camisa y (como mucho) cazadora
Siempre se ha dicho que las carreras de motos empezaron el día que se construyó la segunda moto y casi es cierto, aunque no lo es del todo. Mientras que la primera moto, que por cierto era de vapor, se creó en 1867 la primera carrera de motos de la historia avanzamos hasta 1896, es decir, casi dos décadas después. En aquel momento lo importante era la máquina, el piloto era un intrépido aventurero con la valentía de subirse a aquellos artefactos. Cualquier ropaje era válido para competir. Obviamente la seguridad brillaba por su ausencia y lo más habitual era unas botas alta, pantalones de algodón y, dependiendo de la temperatura, algún tipo de chaqueta o chaquetón.
La revolución: llega el primer mono de cuero

Lo más curioso es que la tónica del equiparse con ropajes prácticamente de vestir o algún mono de tela estilo aviador continuó hasta prácticamente mediados del siglo XX. Con máquinas cada vez más potentes, rápidas y peligrosas, en unos circuitos que no eran sino la unión de carreteras, cada caída significaba en el mejor de los casos un buen rasguño. Se contaba con ropa de dos piezas y ya se había comprendido que lo que más protegía era el cuero pero fue rozando la década de los 50 cuando Geoff Duke apareció con un sastre en las carreras para confeccionar un mono de cuero de una sola pieza. Aunque parezca mentira, parece ser que detrás de aquel invento estaba tanto la búsqueda de una mayor seguridad sino la comodidad ya que eran prendas que no flaneaban y que al ir unidas no molestaban al piloto. Pero era “simplemente” un traje de cuero de una pieza. La primera piedra estaba puesta, aunque todavía quedaba mucho camino por recorrer.
Los años ’70: un punto de inflexión

Poco después se empezaron a preparar monos con algún tipo de protección en las rodillas y los codos, unos pequeños acolchados pero hasta finales de los años 70 no se vieron excesivas evoluciones, y eso hablando de la élite del motociclismo. Es cierto que el diseño cambió en lo que a colores se refiere, se dejó atrás el negro característico y se empezaron a ver patrocinadores, pero quitando algunas zonas con remaches metálicos para facilitar el deslizamiento en caso de caída los cambios no fueron tan importantes como los que estaban por llegar.
I+D: la seguridad es lo primero

Realmente la revolución en la protección en lo que a monos se refiere, puesto que en los cascos llegó antes, comenzó a finales de la década de los ochenta con mayores protecciones internas, algunas zonas rígidas y la conocida como joroba que empezaron a investigar en aquellos tiempos aunque con una finalidad más aerodinámica que otra cosa. También fue en los ’80, aunque en sus inicios, cuando se empezaron a emplear las deslizaderas en las rodillas.
En los siguientes años se fue evolucionando con protecciones cada vez más efectivas, aunque todavía lejos de los estándares de hoy en día y es que hay que avanzar hasta el siglo XXI para encontrar los monos tal y como los conocemos hoy, con su rigidez y protecciones. Una evolución que ha llevado a emplear (enlace) elementos deslizantes en codos, hombros y rodillas que actúan en caso de caída. También en los que se ha trabajando y estudiando la joroba para ser más efectiva en caso de accidente y se han ido incluyendo diferentes materiales elásticos como el Kevlar o el neopreno para aumentar la flexibilidad y el ajuste. Incluso en los mejores monos que, además a día de hoy puede conseguir cualquier usuario por un precio razonable, la utilización de cuero de canguro en lugar de cuero vacuno es habitual, algo que implica ganar en ligereza sin renunciar a la protección.

Todos estos avances han ido evolucionando en pista, donde los pilotos profesionales han ido puliendo los detalles para conseguir las prendas más seguras posibles pero sin renunciar a la comodidad. Sin embargo esta evolución no ha parado y su última gran revolución ha sido la incorporación del airbag, un elemento que protege espalda, pecho y hombros y que ha pasado a ser obligatorio en las competiciones FIM de velocidad debido a su gran efectividad.
Como cualquier sector tecnológico, el mundo del equipamiento no para de probar nuevas soluciones y, lo mejor, es que a día de hoy todas trascienden al público genera casi al momento pudiendo hacerte con un mono con airbag en tu tienda de referencia.