Moto eléctrica y golpe de gas: el “asesino” silencioso
Ataca como un ninja, así que hay que prestar atención

En la televisión, concretamente en los programas de variedades, es habitual ver premios interesantes para el gran público. Aunque los tiempos han cambiado y el “Un, dos, tres… responda otra vez” con su apartamento en Torrevieja hace tiempo que no están en la parrilla televisiva, todavía tenemos programas que ofrecen coches, motos, viajes, televisores y un sinfín de productos a quienes quieran participar.
Al fin y al cabo y aunque los espectadores han ido cayendo en los últimos años y, especialmente, diseminándose entre todas las opciones, para las marcas tener un escaparate tan importante como es la pequeña pantalla sigue siendo un gran aliciente. Obviamente, la mejor manera es mostrar los productos, que se vean perfectamente, y es aquí cuando viene “lo mejor” de esta historia.
Sintonizamos América Televisión y uno de sus programas estrella, “La noche del domingo” con Mariano Lúdica y María Fernanda Callejón como presentadores del espacio que, obviamente, se emite el domingo en horario local de 20:00 a 24:00. En un momento dado del programa, que dura cuatro horas, llega la oportunidad de mostrar un par de vehículos y uno de ellos es un scooter de la firma Sunra. Encima del scooter está Giovanna, una pequeña de solo siete años de edad, la hija precisamente de María Fernanda Callejón.
Momento televisivo y casi tragedia del día pic.twitter.com/MLaqj6xPGj
— Panqui (@panquimolina) July 18, 2022
Mientras están hablando, de repente, la niña hace un pequeño gesto con su mano derecha y la moto comienza a andar con la convicción que lo hacen las eléctricas. El drama es patente, la moto sale de plano ante la mirada atónita de los dos presentadores y algún grito. Pero como si del mejor guión se tratase, la niña aparece de nuevo en plano para acabar en brazos de su madre, no sufre ni el más mínimo rasguño y no solo está tranquila, incluso sale sonriendo. Para rematar el mejor publireportaje del mundo, María Fernanda Callejón remata con un “la moto la pueden conducir hasta los niños”. Una manera sublime de poner el colofón a un momento tenso en el que los presentadores supieron aguantar el tipo a pesar de todo.
Llama la atención este suceso, pero ahora fuera de las bromas es bastante más peligroso de lo que uno pudiera pensar. La suerte estuvo de la parte de la niña y de todo el personal que estaba detrás evitando que todo quedase en un susto, pero las motos eléctricas cuando están encendidas no hacen ningún ruido, no es como una moto con motor térmico. La cuestión en este caso es que, presumiblemente, para que la moto tuviera sus luces encendidas debía estar con el contacto puesto. A partir de ahí, de tener el contacto puesto a salir en marcha solo hay un paso. Por eso se suele dejar bloqueada la moto con los propios botones situados en la piña, que hay que pulsar durante varios segundos hasta que se desbloquea, algo que en esta ocasión alguien debió olvidar hacer.