Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

MotoGP Silverstone 2018: cancelado por la lluvia

Fotos: motogp.com
El sábado la lluvia dejó ver los problemas del nuevo asfalto de Silverstone, y la previsión de más lluvia para el domingo se cumplió. Tras varios retrasos, finalmente la organización decidió cancelar el GP, aunque hacerlo por causa de la lluvia (tan frecuente allí) no deje de ser sorprendente...

Cancelado el GP de Silverstone por causa de la lluvia: parece mentira… En su día la lluvia del desierto no pudo con el GP de Qatar, ni un huracán con el GP de Indianápolis. Pero la lluvia, ese elemento tan común de Gran Bretaña, sí ha podido con el GP de ese país de 2018. La lluvia, digámoslo, sumada a la incompetencia de la organización por detectar los fallos provocados por el reciente reasfaltado del trazado: tantos o más baches que antes, y sobre todo una nula capacidad de drenaje.

Silverstone es el circuito más largo del Mundial, con casi seis kilómetros de recorrido (5.900 m). Su despliegue geográfico y su ubicación hacen que, como ocurre con el belga Spa y otros en los que se corría antiguamente, las condiciones pueden ser muy variables de un extremo a otro. Puede haber sol en un lado, y lluvia en el otro… como pudimos ver el sábado durante las sesiones de clasificación. Lo malo es que Silverstone había recibido una capa nueva de asfalto que ya nadie duda en calificar de operación desastrosa. No sólo no ocultó los numerosos baches del firme anterior, sino que además (ayudado por el “pulido” de las carreras de coches previas) al recibir lluvia tenía mal agarre y, lo peor, no drenaba el agua provocando grandes charcos.

El sábado cayó un fuerte chaparrón, menos de dos minutos durante el FP4 de MotoGP, pero suficiente para evidenciar las limitaciones del nuevo asfalto de Silverstone: poco agarre y nulo drenaje del agua, sumado a los baches. Se encharcó y dejó una zona rápida inundada: Alex Rins saltó en marcha de su Suzuki al verse incapaz de frenar a tiempo, y se quedó heroicamente avisando a quienes venían detrás suyo.

Por desgracia se cayeron varios pilotos, y el colmo se lo llevó Tito Rabat al recibir, tras caerse y levantarse, el impacto de la moto de otro recién caído, Morbidelli. La seriedad de sus lesiones (de las que fue operado y por suerte ya se recupera) y el estado del circuito retrasaron las sesiones clasificatorias y abrieron el interrogante: ¿qué pasaría el domingo?

Coche de seguridad y comisario sobre el agua

Para el domingo la previsión era de lluvia constante y fuerte, a partir de media mañana. Por eso la primera decisión fue alterar el horario: MotoGP sería la primera carrera en disputarse, con fiando en que todavía no lloviera (o no muy fuerte) por entonces (11:30 locales). Pero a partir del Warm Up de Moto3 la lluvia no paró, y cuando los pilotos de MotoGP salieron para formar la parrilla, fueron unánimes: con la pista tan mojada y encharcada no era seguro dar la salida. Ahí empezaron una serie de retrasos y decisiones.

La primera, una hora después de la hora de salida prevista, confirmar que la carrera no podía posponerse al lunes. Era algo que ya habían pedido los pilotos el sábado, pero que dejaron correr cuando les cambiaron MotoGP a primera hora. Crutchlow llegó a mostrar un papel con esa petición en televisión… justo cuando la organización confirmaba que eso no iba a ocurrir. O se corría el mismo domingo más tarde (la previsión meteorológica daba menos lluvia con las horas) o se cancelaba la prueba.

Parrilla provisional con agua

Una cosa buena del cambio de horario, adelantando MotoGP a las 11:30 locales, fue evitar a la parrilla de Moto3 el riesgo de correr con agua en ese asfalto. Mucho nos tememos que de no haber sido MotoGP, los pilotos de Moto3 sí habrían visto la salida y tenido que correr su carrera sobre el asfalto mojado…

Al final, se hizo un intento a las 13:30 hora local (dos horas después de la salida prevista originalmente) de cara a formar la parrilla de MotoGP y dar salida a las 14h locales a una carrera reducida a 16 vueltas. No llegaron a sacar los pilotos a parrilla porque seguía habiendo demasiada agua en pista. El último intento fue una inspección de pista a las 15h locales para dar una posible salida a un GP reducido a las 16 (17h peninsulares españolas), y después otra más tarde… Inútil: la pista seguía inundada, y se decidió finalmente suspender el Gran Premio. Queda ahora tiempo para reflexionar: cómo se aprobó el asfalto revisado (cuando los pilotos de F1 ya avisaron que eran un desastre), cómo se gestionó el fin de semana (desde el incidente que provocó la lesión de Rabat a los retrasos del domingo)… Muchas voces están pidiendo dejar este circuito tan poco acogedor para las motos y volver a Donington, sin ir más lejos.

Márquez mira la lluvia

Lo último

Lo más leído