La clave de lo que pasó en Argentina fue la lluvia, pero también las decisiones de Dirección de Carrera, las que tomaron antes (reglamento con vacíos) y las que tomaron sobre la marcha. La lluvia condicionó el Gran Premio desde el sábado: el agua sobre el resbaladizo asfalto argentino era un problema para todos, pero cuando la lluvia es puntual y se le añade viento y temperaturas altas, es peor. La pista se seca rápido y, entre chubascos, la oportunidad de tener un “carril” seco y poder usar neumáticos slick para rodar más rápido complica todo. Pero también premia a quien se arriesga o es capaz de sacar partido de esa situación, a la vez que castiga a quien la sufre (Jorge Lorenzo es el mejor ejemplo).
A la hora de la verdad, se repitió la situación del GP de Alemania de 2014: el asfalto estaba mojado pero secándose, y merecía la pena salir con slick. La mayoría de pilotos entró a boxes para tomar la salida desde pit-lane, pero eso no está en el reglamento. Es decir, cómo se “ordenan”: se convierte en un “sálvese quien pueda”, peligroso, que la organización no ha sabido reglamentar, pese como digo a haber ocurrido ya en 2014. Mal. Ante la duda, pospusieron la salida “por razones de seguridad” (sí, pero también por falta de previsión).
El equipo del único previsor, Jack Miller precisamente que ya había sacado partido de esta situación el sábado consiguiendo la pole, protestó: si la parrilla salía igual ¿qué ventaja tenían por haberlo hecho correctamente? Dirección de Carrera improvisó una parrilla chapucera, retrasando el resto de pilotos a las últimas líneas. Posiblemente esta situación tan extraña desencadenó los acontecimientos posteriores… Marc Márquez, buscando su nuevo sitio en parrilla, caló su Honda.
En un nuevo error, Dirección de Carrera no paralizó el procedimiento para sacarle hacia pit-line: Marc se apresuró en arrancar la moto y lo consiguió (no es fácil), y ante la mirada atónita de los comisarios (se supone que están para controlar y no para quedarse atónitos) volvió hacia su sitio en parrilla (en sentido contrario). Todo esto no podía quedar sin castigo: decidieron que pasara por boxes.
Esa orden llegó a Márquez cuando ya lideraba cómodamente una carrera que desde el viernes parecía “suya”. Pocas veces ha dominado de forma tan clara, en seco o en mojado, el de Honda. Marc se desconcentró y casi se sale al recibir el mensaje: lo que ocurría empezaba a descentrarle… malo. Cuando volvió a la carrera ocupaba las últimas plazas pero sabía que, con un ritmo dos segundos más rápido que el resto, podía incluso pensar en el podio o las cinco primeras plazas.
Esa posibilidad y su carácter fueron una combinación explosiva. Marc empezó a pasar adversarios agresivamente, con prisas, “sin tenerles ningún respeto” diría Valentino Rossi después no sin razón. Un encontronazo con Aleix Espargaró sirvió para penalizar al de Honda con ceder una plaza, pero el aviso no bastó. Al llegar al italiano de Yamaha, ocurrió lo peor: choque y caída de Valentino. El público estaba ya en contra del “loco” Márquez, que acabó pasando también a Viñales para pasar por meta quinto.
Pero le duró poco: penalizado de nuevo (tercera vez) Dirección de Carrera le dejó fuera de los puntos. Según Marc él hizo lo que debía: arrancar la moto en parrilla, obedecer el paso por boxes, y remontar lo más posible. El asfalto húmedo resbalaba y por eso tuvo varios toques. El resto del mundo vimos un Marc innecesariamente agresivo: era mucho más rápido y podía haber remontado igual pasando de forma limpia. Veremos en qué termina todo esto, que reabre las heridas de Malasia-2015.
La carrera tranquila de Crutchlow
Los nervios y la prisa de Márquez tuvieron el contraste en el grupo de lideró la carrera. Cal Crutchlow afirmó tras conseguir la victoria que estaba tranquilo: el nuevo motor Honda le daba suficiente ventaja para pasar a sus rivales en la recta sin correr riesgos. Márquez rodaba como un segundo más rápido que Crutchlow… ¿qué necesidad había de pasar tan agresivamente a los pilotos que se encontró en su remontada?
Cuando Márquez recibió su primera penalización dejó a Miller en cabeza de carrera: era el único que pudo seguirle, pero por detrás el australiano llevaba a Alex Rins, Johann Zarco y Crutchlow. Y allí hubiera estado Dani Pedrosa, de no ser por su toque con Zarco poco antes: uno parecido a los de Márquez, con peores consecuencias para Dani (veremos si no tiene la mano lesionada). El de Suzuki confirmó el buen fin de semana llegando a rodar en cabeza, Zarco empieza a ser un valor fijo para el podio, y el británico esperaba su momento. En las vueltas finales el de Honda sacó lo que necesitaba, Miller pagó con un par de errores perder el podio, y Zarco impuso sus galones al de Suzuki, que subía por primera vez al podio en MotoGP: todos contentos, aunque a Zarco se le vuelve a escapar esa ansiada primera victoria.
Moto2: Pasini y Vierge, geniales
El sábado Xavi Vierge dio el primer aviso y, a base de machacar el cronómetro vuelta tras vuelta sobre el mojado y resbaladizo trazado argentino, se llevó una merecidísima pole position. Como digo fue un aviso, porque la carrera se disputó en condiciones de agarre parecidas (asfalto húmedo).
Vierge fue protagonista de la carrera junto a Mattia Pasini, Miguel Oliveira y Lorenzo Baldassarri. El joven catalán hiló una serie de vueltas rápidas que le llevaron al podio, pero el veterano italiano supo mantener la cabeza de carrera y ganarle las luchas codo con codo al portugés de KTM. Una carrera disputada, emocionante, limpia, y que demuestra lo abierto que está este año Moto2.
Moto3: Martín se la juega, Bezzecchi gana y Canet líder
La parrilla de Moto3 se formó sobre un asfalto mojado… pero sin lluvia parecía que iba a secarse rápido. Jorge Martín se dio cuenta, pero algo tarde: entró tras la vuelta de calentamiento a boxes para que le cambiaran las ruedas de mojado a seco y así contar con esa posible ventaja. Pero la carrera no le esperó y al salir desde boxes, y tarde, le tocó remontar. Tenía razón, fue casi toda la carrera el más rápido sobre el trazado argentino… pero la carrera no duraba lo suficiente como para remontar. Llegó hasta el undécimo puesto.
Por delante, el joven italiano Bezzecchi confirmó la buena impresión que dio en entrenamientos: se escapó poco a poco y mantuvo una ventaja cómoda hasta el final, para conseguir su primera victoria en GP. Detrás suyo, Aron Canet jugaba bien sus cartas y mantenía el tipo frente a Di Giannantonio. El valenciano del Team Estrella Galicia acabó segundo, aguantando también el ataque final de un Bastianini que venía en remontada, y gracias a la apuesta tardía de Martín se pone líder del Mundial. Una carrera decidida pues por las condiciones del asfalto (no mojado pero sí húmedo) y la elección de neumáticos.
