Aleix Espargaró no se anda por las ramas. Ha hablado con franqueza y de modo muy duro sobre su actual situación con Suzuki, a la que afea el trato recibido: se enteró del fichaje de Andrea Iannone por uno de sus mecánicos, y ningún responsable del equipo le dio la más mínima explicación. Aquello le dejó en “shock” en Mugello. Dos semanas después, en Cataluña, con todo más reposado y meditado, Espargaró mantiene una postura firme, incluso molesta, casi enfadado…
“Enfadado no, lo que me han dado ha sido espectacular”, aclara Aleix. “La posibilidad de ser piloto oficial por primera vez, poder evolucionar una moto que no iba y hacer una moto muy, muy competitiva, el salario que he tenido, el trato que he tenido ha sido espectacular en Suzuki. Pero sí que estoy dolido. Al final, soy sexto en el campeonato… da igual, al final es darle siempre vueltas al mismo tema”.
Aleix no se oculta para hablar alto y claro. Durante la rueda de prensa fue muy severo, y mientras hablaba, la cara de Davide Brivio, el máximo responsable de Suzuki, era un poema; no sabía donde meterse. Y luego, en el corrillo con la prensa española, fue más intenso, pero con una exquisita sobriedad.
Espargaró se mostraba muy frustrado por haber llegado a esta situación: “Suzuki es una fábrica grande, es una empresa muy grande, no sé qué parte de Suzuki, o si todo Suzuki, quiere hacer un proyecto con un joven. No lo tengo muy claro, tampoco me han dado explicaciones aún, no sé si ellos lo tienen ya muy claro, pero la sensación que me da es que no valoran el trabajo y eso es lo que a mí realmente me frustra un poco”, dijo.
Aleix considera que ha contribuido decididamente a la rápida evolución de la Suzuki: “Hasta Maverick mismo lo dijo el otro día en la rueda de prensa hablando conmigo, que va muy rápido pero que él el año pasado no sabía cómo iba la MotoGP, y que si no hubiera estado yo desarrollando la moto con paciencia, probando todo, quizás no estaría aquí. Que te diga esto un piloto como Maverick Viñales que ha firmado por Yamaha es algo que le honra mucho y que aún me hace estar más triste”, se lamentó con un evidente tono de tristeza.
No obstante, con las puertas de Suzuki cerradas, Espargaró tiene a su disposición varias alternativas: “Aprilia es una opción muy buena, tienen una moto que no me parece tan mala moto. Por ejemplo en Jerez, que casi hago podio el domingo, casi me saca de la Q2 yendo detrás de mí. Es decir, que la moto no funciona mal. Hay otras ofertas con motos oficiales en equipos privados, hay dos fábricas en SBK que realmente me lo estoy pensando más de lo que la gente se piensa. Lo más importante al final es que, vayas a Aprilia, o a una Ducati satélite, no voy a ganar el Mundial. Y allí en SBK quizás sí. Así que lo más importante es ser feliz, ir donde realmente me quieran y donde haya un proyecto deportivo que me convenza”.
