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MotoGP Catalunya: Rossi, Lorenzo y el brutal pique de 2009

Fotos: SMN
La de Montmeló fue sin lugar a dudas la carrera de la temporada 2009. Rossi y Lorenzo protagonizaron unas tres últimas vueltas antológicas. Al final el italiano adelantó al español por el sitio más impensable de todo el circuito.

La llegada de Jorge Lorenzo a Yamaha en 2008 estuvo marcada por el levantamiento del muro más famoso de la historia del Mundial. Los dos pilotos han acabado reencontrándose añoos después en el mismo equipo, pero las circunstancias por aquel entonces eran muy diferentes de las actuales.

Rossi ya había ganado tres mundiales de MotoGP con Honda y dos con Yamaha, y lo volvería a conseguir ese 2008. Rossi era el gran maestro, Lorenzo era el alumno, y además había un muro que les separaba en boxes.

El GP de Catalunya fue sin duda la carrera de la temporada 2009, y nos regaló uno de los finales más excitantes de la historia del Mundial. Rossi, Lorenzo y Stoner salían desde la primera línea de la parrilla, y muy pronto empezaron a marcar un ritmo que nadie más pudo seguir.

En el último tercio de la carrera, la Ducati de Casey Stoner se descolgó definitivamente, y las dos Yamaha se escaparon a un ritmo que parecía de calificación. Rossi rodó muchas vueltas por detrás de Lorenzo, escrutando sus trazadas, deliberando por dónde sería capaz de adelantarle cuando llegara el momento. A tres vueltas para la conclusión, ambos se lanzaron el guante a la cara y se desencadenó uno de los finales más apoteósicos de los últimos tiempos.

Rossi pasó a liderar la carrera en la recta principal. A dos vueltas del final, Lorenzo le dejó claro al italiano que si esperaba conseguir una victoria fácil no sería con él en pista, y volvió a superarle por velocidad en la línea de meta. El italiano recuperó la posición con una brutal frenada por el exterior, con la rueda trasera encima del piano. En boxes, los mecánicos se ponían nerviosos al ver a los dos pilotos afrontar el curvone Renault con los neumáticos casi besándose.

Al iniciar la última vuelta, Lorenzo volvió a superar a Rossi, y esta vez no le dejó sitio por el exterior en la frenada. Si eso era una lección del maestro al alumno aventajado, Lorenzo estaba aprendiendo a marchas forzadas. El español llegó primero al último punto razonable de adelantamiento, la entrada al Estadio, y esta vez le cortó a Rossi la línea interior.

Pero en la última curva del gran premio, Rossi tuvo uno de sus momentos geniales. Nadie más vio sitio para pasar, solo él. Ni Lorenzo, ni los mecánicos, ni el público enfervorecido, ni los millones de espectadores que estaban viendo la carrera por televisión. Pero se supone que eso es lo que hacen los campeones, ver una línea de adelantamiento allí donde nadie más es capaz de verla.

Probablemente, el de Rossi a Lorenzo fue uno de los únicos adelantamientos de la historia del circuito de Montmeló en esa curva. A nadie se le ocurriría intentarlo precisamente allí, pero esa era a última oportunidad de la carrera y Rossi no la dejó pasar. El italiano confesó después que no tenía nada claro que la rueda delantera aguantara esa frenada, pero el hecho es que lo hizo, y a sus mecánicos parecía que les había tocado 20 millones en la lotería.

Lorenzo entró a 95 milésimas de Rossi, y Stoner ya descolgado a 8 segundos, de manera que tras el GP de Catalunya había un triple empate en la general: los tres pilotos habían ganado dos carreras hasta el momento.

Il Dottore solo supo describir esas vueltas finales en su italiano natal con un ¡Mamma Mia!. En la rueda de prensa, admitió que los mejores duelos de los últimos años los había tenido con los dos pilotos que le acompañaban en el podio: con Casey Stoner en Laguna Seca y con Jorge Lorenzo en Montmeló: “La diferencia es que Casey en Laguna Seca desgraciadamente no llegó al final y tuve cinco vueltas finales de descanso. Aquí he tenido que luchar hasta mi último aliento, hasta la última curva”.

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