Fabio Quartararo avisó tras conseguir un puesto en la primera fila , tenía ritmo de carrera y se veía muy capaz de disputar en este circuito de Motegi a Pecco Bagnaia la superioridad que ha mostrado en casi toda la temporada. Y cumplió su promesa, después de una carrera excelente con el italiano, le aguantó las últimas vueltas. Quizás Bagnaia, que salía desde la pole, pensó en el Mundial en algún momento, esa famosa “calculadora” le decía que aún sacaba más ventaja a su perseguidor Oliveira, pero su pilotaje dejó claro en la última vuelta que por lo menos le puso presión hasta la última curva.
Así que sí, ganó el francés de 19 años Quartararo con su única Speed Up de Moto2, como en Montmeló este mismo año y confirmando que ha llegado ya al nivel que se esperó de él. Pero aunque las carreras no terminan hasta pasar por la bandera a cuadros, a veces duran un poco más: hasta que las motos pasan la inspección técnica. Y, por desgracia para el francés, su moto no la pasó bien: detectaron una presión de hinchado por debajo de la establecida en el reglamento (según el propio Fabio, desconsolado, por sólo 0’02 Bar) y unas horas después de las celebraciones llegó la noticia de su descalificación. Usar presiones algo inferiores a la recomendada por Dunlop (buscando algo más de agarre) fue algo que causó polémica años atrás (porque puede provocar problemas imprevistos) y por eso se montaron medidores oficiales en las ruedas.
Curiosamente Bagnaia declaraba al final de la carrera que intentó lo posible para pasar a Quartararo pero se encontró sin agarre detrás, sin tracción, para poderlo intentar en esas últimas vueltas. Sea como sea, y con una posible apelación del equipo, el podio finalmente queda con Bagnaia como nuevo ganador, su amigo Baldassarri segundo (hizo una carrera casi en solitario acabando tercero) y Miguel Oliveira en el podio pero perdiendo todavía algún punto más en la provisional. Bravo Alex Márquez, quinto (cuarto final) pese a estar machacado por la caída sufrida en entrenamientos.
