Loris Capirossi buscaba unanimidad entre los pilotos a la hora de juzgar las condiciones de agarre y, sobre todo, visibilidad, de cara a poder correr en MotoGP si llovía. Recordemos que en 2009 ocurrió esto y tuvo que aplazarse el GP, que se corrió el lunes, o lo ocurrido en 2015 cuando se tuvo que cancelar la última jornada de pruebas previas por este motivo. Y el año pasado hubo sesiones de entrenamientos del GP con agua: a la vista de que no es imposible que llueva en pleno desierto qatarí, se organizó esta prueba (y era obligatorio rodar) para recabar experiencia y opiniones.
Pero, como posiblemente era de esperar, no ha habido unanimidad. Desde pilotos como Valentino Rossi, Johann Zarco o Marc Márquez que opinan que son condiciones parecidas a las de lluvia normal, por agarre y visibilidad, hasta quienes creen que es una situación muy extrema a la que preferirían no tener que enfrentarse. Para los que no lo ven un problema, opiniones apuntando a lo mismo: “Hay buena visibilidad y agarre normal de mojado, así que creo que se podría correr así”. O “Ha sido diferente a rodar con lluvia pero la visibilidad no la veo un problema: si llueve podemos correr”. O incluso “creo que todo el mundo está preparado para correr en estas condiciones”.
En el otro lado tenemos a quienes están muy poco convencidos, y en su mayoría dejan la decisión a una reunión de la Comisión de Seguridad a mantener los días del Gran Premio. Dani Pedrosa no lo ve claro: “Si va a llover tendremos que hablar y decidir entre todos”. Jorge Lorenzo era más claro, en contra: “Es delicado. El agarre es muy bajo y la rueda trasera patinaba mucho incluso en la recta. Espero que nunca tengamos que correr así”. Otro tanto opinaba Cal Crutchlow: “No he tenido problema de visión, pero si de agarre, resbalaba mucho y esto hay que discutirlo en la comisión de seguridad”. Y hubo quien dijo que la visibilidad sí era mala, como Andrea Dovizioso o Alvaro Bautista.
Resumiendo, pues, la prueba se hizo pero lejos de alcanzar un aprobado general hay opiniones bastante enfrentadas y todo queda pendiente de la reunión durante el Gran Premio. O, mejor, de que el cielo se porte bien y no llueva…