Lo que estás viendo es una Honda 500 de Gran Premio, pero no es una NSR ni tiene motor V4. Es una moto muy especial sin embargo, sólo hubo tres como ella: usa el motor de las RS500 (un V3 también de ciclo dos tiempos y con válvulas de escape que rendía unos 130 CV). Pero en lugar de usar el chasis original de las RS500 carreras-cliente que Honda vendía en aquella época (para llenar parrillas, más que nada), esta moto es una de las tres que fabricó el italiano Carlo Verona (de Verona Racing Products o VRP) el año 1990.
Lleva su propio chasis doble viga de aluminio y basculante, una horquilla invertida de carreras de origen italiano y frenos AP Racing. Una de estas motos ganó el campeonato italiano de velocidad, otra no se sabe dónde fue a parar, y la tercera, ésta, se montó para un piloto alemán que compitió supuestamente en una categoría nacional de 500 (“Konigsclasse series”). A él se la compró el británico que la pone ahora en venta, y que no la ha usado más que para coleccionarla y arrancarla alguna vez para disfrutar de su sonido (y aroma a aceite 2T quemado).
¿De dónde viene este motor V3? Si no conoces la historia, te haremos un poco de memoria: Honda se había retirado de las carreras de velocidad, y decidió volver sólo para mostrar su poderío tecnológico con una moto con motor 4T frente a las demás 2T. Era la NR500, una moto con pistones ovales y otras soluciones inéditas… y que acabó ganándose el apodo de “Never Ready” porque, efectivamente, nunca terminó de “funcionar”.
Así que Honda decidió vengar su honor con una 2T, pero diferente a las demás (Yamaha y Suzuki de cuatro cilindros): la Honda sería tricilíndrica y más ligera, además de usar admisión por láminas (válvula rotativa en sus rivales). En manos del genial Freddie Spencer esa moto ganó el Mundial en 1983, y después Honda decidió pasarse al V4. Pero el motor V3 había demostrado ser competitivo, y se decidió hacer una serie de motos para pilotos privados. Era la más competitiva, y además fácil de pilotar, un éxito para Honda en la zona trasera de las parrillas (detrás de los equipos oficiales). Ese éxito les permitió mantener la producción hasta 1989, con diferentes evoluciones que acercaron las primeras a las originales oficiales, perdiendo peso y ganado potencia. Como comentamos, el motor de esta Honda 500 que se vende debería rondar los 130 CV, lo que no está nada mal si tenemos en cuenta que no pesará mucho más de 130 kg también…
El carenado es de las últimas series y a simple vista muy similar al que levaban las NSR500 de Gardner, Lawson o el propio Doohan. La pintura “Rothmans” es obviamente cosa del actual propietario, pues es su decoración favorita. Vale, no es una NSR 500 oficial de finales de los años ’80, que tendría un precio mucho más astronómico (de venderse alguna), pero no sólo lo parece sino que es su hemanastra, es una auténtica Honda dos tiempos de carreras, viene con algún accesorio y llantas de recambio… ¿no tendrás treinta mil euros en alguna hucha?
