Motos de ensueño a la venta: Cagiva WMX 500
Un monstruo para subir colinas

La mítica marca del elefante fue fundada por Giovanni Castiglioni en 1950, para entrar en el mundo de la fabricación de motos en la parte final de los '70, donde consiguió hacerse un hueco en el mercado llegando incluso a fabricar 40.000 motos al año. Mientras trabajaban en las motos de calle y de Gran Premio ¡quien no recuerda esas 500! comenzaron a producir su gama de motocross, las WMX. Dentro de esa gama hubo 125, 250 y 500, y precisamente de esta última es de la que hemos localizado una unidad que está en un estado extraordinario.
Hay que trasladarse hasta Estados Unidos, concretamente a Connecticut para localizar una pieza por la que parece no haber pasado el tiempo. En su momento, hablamos de 1985, este modelo se vendía en torno a los 2.550 $, por lo que no era una moto especialmente barata. Ahora, su propietario, el único que la ha tenido toda la vida, la quiere vender y en la subasta de Ebay tiene un precio de reserva de 9.900$. Puede parece una suma elevada para una moto de 36 años pero lo cierto es que solamente hay que detenerse un poco a mirar los detalles para ver que se está ante un ejemplar único, ya que solamente se importaron 200 a Estados Unidos y no son fáciles de localizar.
Además de contar con un aspecto espectacular, hay una cosa que llama la atención, y es que su basculante es especialmente largo. Y eso tiene un motivo: se trata de una moto preparada para Hill-Climb, es decir, subidas a la colina. Una especialidad con mucha tradición en Estados Unidos y que requiere de algo de preparación. En este caso la suspensión delantera es WP, la trasera Öhlins y cuenta con algo que casi no se usa en una subida: frenos Brembo.
Sobre este modelo, con número de bastidor ZCGCBXHX7FV000160, ha recaído un gran trabajo de reconstrucción en el que el propietario asegura haber invertido en torno a unos 3.000$ para dejarla con el aspecto que está. En este proceso llevó a cabo el cambio del manillar (Renthal), filtro de aire, bujía, aceite, guardabarros delantero y trasero, neumáticos, placas porta números, cubiertas de radiador, guías de cadena, repintado de motor y escape, pulido de basculante y depósito así como todas las piezas de aluminio (bujes, palancas, abrazaderas, tijas...). En resumen, estamos ante una unidad que da pena manchar de barro otra vez, aunque lo cierto es que es oírla en marcha, sentir cómo ruge y dan ganas de subirse y dar gas.