Motos de gasolina prohibidas en Japón, lo que nadie esperaba
Por ahora sólo en Tokio

La lucha contra las emisiones contaminantes es el pan nuestro de cada día. Los gobernantes de todo el mundo, impulsados o no por intereses legítimos, están enfocando la movilidad del futuro a opciones que no tengan que ver con los carburantes de origen fósil. De esta manera se espera que las ciudades tengan una mejor calidad del aire y, con ello, la salud de todos se vea afectada positivamente.
Como bien sabes, ahora mismo es la Unión Europea y Reino Unido quienes encabezan globalmente esta lucha contra la contaminación, legislando y proponiendo metas y límites. El más sonado es el de 2035 que, como hemos visto, solamente afectaría a los coches… O eso es lo que pensábamos hasta que hemos conocido el movimiento que está llevando a cabo Tokio.
Con sus 37 millones de habitantes entre la propia ciudad y su área metropolitana, Tokio acaba de presentar una meta ambiciosa y, a la vez, que podría ser capaz de hacerse tambalear el futuro de la industria de la moto nipona tal como la conocemos. Para 2030 han establecido la meta de que ningún automóvil nuevo use combustible, algo que afectará a las motos en 2035. Hay que recordar que la moto de gasolina en Europa sí podrá seguir vendiéndose porque solamente emiten en torno al 1% del CO2 global. Y por tanto, se entiende que es residual.

En Tokio, una mega-urbe inimaginable, el objetivo es que en 2050 las emisiones de CO2 sean cero como en la Unión Europea. La cuestión en este caso es que mientras estábamos felices con el hecho de que no hubiera limitaciones para las motos, con lo que no se contaba es con el hecho de que unas políticas tan restrictivas en el país de origen de cuatro de las marcas más influyentes del mercado como son Honda, Yamaha, Kawasaki y Suzuki, pudieran transformar por completo la industria.
Ya sabemos que todas ellas están trabajando en vehículos de emisiones cero bien sean eléctricos o bien sean impulsados por hidrógeno, pero por ahora no existían planes que los llevasen a desistir de la creación de motores de combustión. Aunque las legislaciones en Japón en materia de moto siempre han sido diferentes a las europeas y eso no ha influido de manera significativa, otra cosa es que el ejemplo de Tokio se extendiera a otras urbes o a todo el país. Entonces ¿seguirían apostando por las motos de gasolina los fabricantes nipones? Por ahora todo esté en el aire, pero lo que sí es seguro, es que esta noticia no la esperábamos y puede ser de un mayor calado del que parece a simple vista.