Motos que no llegaron a la serie (IX): Malaguti MR 250


Corría el año 2008. Malaguti, los vecinos “pobres” de Ducati, no tenían suerte. Una marca italiana, especializada en scooters y motos infantiles, fundada por Antonino Malaguti allá por 1930, no alcanzaba cifras de ventas importantes. Problemas con la red de distribuidores, en España, por ejemplo, bailaba de importador cada dos por tres, sin encontrar uno definitivo.
No tenía mucho sentido: sus scooters, con mecánicas Piaggio o Minarelli (las mismas que emplea Yamaha, por ejemplo) estaban muy bien construidos. Y sus diseños, originales, muy italianos y agradables no terminaban de “enganchar” el éxito que merecían. Y eso que iban muy bien. Password, Madison eran nombres de algunos de sus modelos. El más conocido, el Phantom de 50, muy parecido a un Yamaha Aerox fue su mayor éxito en años: escogido por Ducati Corse, era el scooter que los equipos Ducati empleaban para moverse por el paddock de MotoGP y SBK, en color rojo, claro está. Pero ni por esas “salvaron” el pellejo. No han cerrado: mantienen un taller y cierta actividad, más propia de un concesionario que de una fábrica. Pero sigue activa y en manos de la familia Malaguti. Y en cierta forma, siguen vivos: Rieju “ha heredado” parte la gama y los Malaguti Madison han encontrado una segunda vida en forma de Rieju City Line 125 y 300.
Pero seguimos en 2008. Y los responsables de la marca deciden salirse del guión escrito por las marcas grandes: van a entrar en el mercado de las motos “de verdad”, pero haciendo lo que saben hacer: una moto pequeña. ¿Y cómo es eso?: una parte ciclo no muy grande, con un motor ligero y potente.
Llaman a sus compatriotas de TM. Ellos pondrán el motor: será un 250 2T de su gama off-road, capaz de rondar los 50 CV. Las líneas son originales y la MR se concibe como una naked muy deportiva pero con ciertas reminiscencias de las motos de dirt track americanas, con llantas de radios, con la delantera de 18”. Una moto con un manillar corto y muy plano, dos enormes discos, una horquilla invertida Paioli y un amortiguador trasero montado en cantilever.
Se presentó el invento en “casa del enemigo”, en el salón de Tokyo de 2008. Llamó la atención, desde luego, pero nunca más se supo. De hecho sigue habiendo poca información y aunque en algunos sitios se insiste en que estuvo a punto de llegar a la serie ( unos 6.000 €, se estimaba), también hay quien dice que sólo fue una forma de llamar la atención en aquél stand de Tokyo.
Desde luego, la moto es llamativa. Y para los apasionados de los 2T (como el que os cuenta esta historia) hubiese sido un enorme placer montarse en este “aparato”, aunque por otro lado me temo que el motor TM 250 2T no fuese una elección muy acertada: considerado uno de los más potentes y “feroces” *de la categoría, también *tiene fama de requerir un mantenimiento exhaustivo, como corresponde a un motor de carreras. En cualquier caso, nos quedamos con las ganas de probar lo que hubiese supuesto un apasionante renacimiento de las mecánicas 2T para la carretera.
Pero no acaba aquí la historia de la MR 250. Realmente el proyecto pertenecía a una empresa italiana de ingeniería que trabajaba con Malaguti, Engines Engineering S.r.l. / S.p.A. Y esta empresa italiana cayó bajo el control del gigante indio Mahindra unos meses después de ese salón de Tokyo. En el “desván” de proyectos de esa empresa italiana apareció el proyecto MR 250 y, desempolvado y modificado con unos faros bastante feos y, sobre todo, con un nuevo motor 300 cc 4T de la mitad de potencia, la MR renació. Se vio por primera vez en el Salón Auto Delhi de 2012 y se espera que llegue al mercado indio en este verano. Pero no es la Malaguti, si no otra cosa. Más lógica, quizá. Pero ni la mitad de “apasionante”.