Mucho más que la Ribera del Duero

Siempre es complicado que una ruta satisfaga a todos: los hay quienes buscan rápidas curvas para disfrutar con sus deportivas en compañía de la pandilla de amigos, los hay quienes prefieren disfrutar de la gastronomía de los lugares que recorren, para otros el contacto con parajes naturales es imprescindible y siempre quedan los que prefieren saborear algo de la historia de nuestra península a su paso. ¿Por qué renunciar a alguna de estas facetas cuando las puedes tener todas?
La histórica provincia de Burgos y el límite occidental de la natural Soria son el escenario de nuestra ruta de hoy. A lo largo de los 260 km de la ruta de hoy dicho escenario cambia con mucha frecuencia y la variedad tanto de carreteras como de paisajes y enclaves da una riqueza única a la ruta de hoy donde todo cambia en cuestión de pocos kilómetros. La historia se mezcla con la gastronomía antes de la irrupción de los asombrosos parajes naturales poco antes de trazar divertidas curvas para volver a la disfrutar de nuestra historia nuevamente, cuanto más la recuerdo más deseo volver a vivirla pero vayamos poco a poco.
Desayunamos en una Aranda de Duero que se prepara para sus fiestas, dos semanas antes de la recogida de la uva es un pueblo engalanado y bullicioso con poco espacio queda para un motero en ruta visitando sus iglesias y plazas. Porque nada queda en estos días festivos del tranquilo pueblo que hemos conocido en otras ocasiones, en realidad estamos hablando de una pequeña ciudad con más de 30000 habitantes que deja caer su influencia en toda la región. Sede del consorcio turístico Ruta del vino Ribera del Duero y es que su gastronomía y sus vinos de internacional denominación de origen son unos de los principales atractivos turísticos. Pese a su festivo tráfico no dejamos de visitar la Iglesia de Santa María la Real y el Santuario de San Pedro Regalado antes de desayunar y comenzar con nuestra ruta.
Buscamos la N-122 dirección Burgo de Osma siguiendo la senda del rio Duero, auténtico protagonista de la región y de cuya riqueza se nutre toda la zona. Llaneando por la zona contemplamos los campos de regadío en con las luces del mediodía mientras nos acercamos a nuestro primera parada, el Monasterio de Santa María de la Vid en la Vid y Barrios. Merece la pena descansar entre sus jardines y disfrutar de su arquitectura antes de continuar camino.
Toca parada para disfrutar de la gastronomía típica burgalesa en Burgo de Osma y de los rincones que nos ofrece. Declarado Bien de interés cultural con categoría de Conjunto Histórico Artístico son numerosos los lugares que merecen una visita, con la moto o bien aparcándola y caminando entre sus calles. Su plaza Mayor, sede del Ayuntamiento, la Catedral, su muralla o su castillo son solo unos ejemplos de arquitectura medieval respetada y muy bien conservada pese al paso del tiempo.
Continuamos por la SO-920 rumbo norte dejando atrás la N-122, ricas curvas nos dan la bienvenida al llegar a Ucero tramo inicial que nos llevara al Cañón del Río Lobos. Es uno de los tramos donde el pilotaje es más divertido en un paraje que sorprende al viajero. Justo después de cruzar el rio ves el desvío para adentrarse en el corazón mismo del cañón, no es posible resistirte al embrujo de la zona y continuar camino hasta donde se acaba la carretera.
Cuando vuelves a la SO-920 después de la obligada visita, un tramo en constante ascensión te está esperando. Las paelleras del puerto son dignas de trazarse al menos una vez en la vida, la única pena es que no dure muchos kilómetros más. Una vez arriba, os sugiero deteneros en el Mirador de la Galiana para contemplar desde lo alto el cañón y las carreteras que acabáis de recorrer.
La carretera parece hacerse más estrecha en el siguiente tramo, los bosques que te flanquean a tu paso en el descenso son espacios protegidos y cotos de caza así que olvidaros de pueblos en gran parte del camino. En esta parte de la ruta la naturaleza parece resurgir y el contraste con las tierras de labor que visitabas en Burgos es considerable. Es un rasgo muy característico del tramo de la ruta que transita por Soria donde los amantes de las rutas de naturaleza estarán de enhorabuena. Disfrutando de este particular entorno más común en Galicia, Asturias o Cantabria que en Castilla llegamos a los alrededores del Embalse de la Cuerda del Pozo situado a poca distancia de Molinos de Duero.
Si habíamos disfrutado de una buena ración de curvas circulado cerca del río Lobos lo que tenemos por delante entre Vinuesa y Convalida es el ascenso a la Laguna Negra, mi tramo favorito de la ruta. Enclavada en los Picos de Urbión forma parte del parque natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión, la zona mínima protegida está a 1.300 metros y la laguna a 1.700m. Tanto el ascenso como sobre todo el descenso es una estrecha senda de sinuosas curvas que harán las delicias del motero más exigente.
Una vez finalizado el descenso te incorporas a la CL-117 mucho más calmada y tranquila pero que te permite seguir disfrutando de la geografía montañosa de los Picos de Urbión. Son pueblos que crecen a la falda de la montaña, la industria maderera ha dejado paso al turismo de aventura en este siglo aunque da la sensación que es uno de esos lugares donde el tiempo parece transcurrir un poco más despacio. Y tiempo sí que tienen a juzgar por su rica historia, no dejéis de visitar el Puente de Soria en Covaleda que data del siglo XVII en un remanso de paz donde solo la presencia de algún pescador acompañara vuestra visita.
Aunque el tramo más deportivo de la ruta quedo atrás, el tramo por la CL-117 hasta salas de los infantes no tiene desperdicio. Cruzando Duruelo, Quintanar, Palacios todos ellos con el apellido de la Sierra entenderéis el porqué de sus nombres y es que la geografía os permitirá seguir disfrutando de un trazado divertido, mucho más si lo haces con la Tiger 1050 SE una moto que parece haber sido diseñada para rodar por estos parajes y que se adapta a los distintos tramos de la ruta como lo hacen pocas.
En Salas de los Infantes tomamos el desvío a Santo Domingo de Silos para volver nuevamente a la vertiente más cultural de la ruta y disfrutar de uno de los pueblos con más historia de la Península Ibérica. Forma junto con Lerma y Arlanza el Triángulo de Arlanza además de ser paso obligado en Camino del Cid. Es obligado la visita al Convento de San Francisco, reconvertido a hotel, donde gozareis de un descanso más que particular en su terraza y por supuesto del Monasterio de Santo Domingo de Silos donde la figura de su histórico ciprés reina por encima del tejado del claustro.
Y para finalizar nos queda Lerma, un pueblo con encanto e historia engalanado en sus fiestas patronales cuando la visitamos. Posiblemente el edificio más emblemático de Lerma sea su Palacio Ducal que se alza imponente sobre lo alto de la colina donde está situado. Convertido en Parador Nacional os recomiendo una parada de descanso en él, no en vano está considerado uno de los 10 mejores Paradores de España, para disfrutar de su patio reconvertido en restaurante y de su arquitectura.
Todo su casco antiguo estaba amurallado y es imprescindible la visita a la Plaza Mayor y la ermita de Nuestra Señora de la piedad mientras disfrutas paseando de sus calles con soportales típicas de la época medieval. Nos llamó especial la Colegiata de San Pedro y el Convento de San Blas. Todas estas piezas arquitectónicas únicas están situadas a pocos metros de distancia las unas de las otras otorgando al casco medieval de Lerma características únicas difíciles de encontrar.
Como veis esta ruta ofrece mucho más que vino. Y aunque la presencia e influjo de la Ribera del Duero es más que notable en la zona, tanto la naturaleza como la historia son puntos de interés en esta ruta que también os dejara tramos muy racing para disfrutar de vuestra montura. ¿Os la vais a perder?
Enoturismo
Tratándose de la Ribera del Duero la visitita a una bodega es casi obligada, eso sí con la moto bien aparcada. Hay un buen número de bodegas entre Lerma y Aranda del Duero, en algunos casos de gran historia y con una producción medida en botellas/año realmente espectacular.
Estáis en tierra con denominación de origen, el lechazo de Aranda y la famosa morcilla de Burgos no pueden faltar en el menú
No obstante nosotros elegimos una joven bodega para realizar nuestra visita porque en el Lagar de Isilla es la bodega más motera de la comarca, la réplica en madera de una Harley-Davidson WLA 1942 dan fe de ello, podéis ver la foto en la galería de imágenes. Además saben cómo dar un trato muy cercano y personal a cada visita, en la cual, puedes aprender todo lo que quisiste saber del vino y saben cómo transmitirte su pasión por la elaboración de los caldos de la zona.
Os recomiendo realizar una visita, que incluye una guía de elaboración desde la vendimia hasta el embotellado y una cata de sus mejores vinos. Noemí os aclarará cualquier duda que podáis tener y no podréis salir de allí sin encargar alguna botella para casa. Por cierto, no tenéis porque llevarla durante todo el viaje, os lo envían a casa.
Más datos de la ruta
La de hoy es la ruta total, más de 260 kilómetros en la tienen cabida cualquiera de los gustos moteros. Tiene varias fases bien diferenciadas pero no es exclusiva de ningún tipo de montura en particular, todas tienen su sitio en este recorrido. Desde los revirados tramos de los Picos de Urbión al valle que genera el Duero a su paso la ruta de hoy no os pedirá un pilotaje ni una montura en concreto y si os ofrecerá una diversidad de tramos para recorrerlos a vuestra voluntad. La pluralidad de una moto como la Tiger 1050, apta para cualquier cosa, la convierte en la aliada perfecta en un trazado tan variado como este.
Calificando la ruta
- Tramo 1: Aranda de Duero – Burgo de Osma: La N-122 es amplia y con buen asfalto. Pese a que está dedicada al cultivo la maquinaria pesada no ha dañado el asfalto que ha sido recientemente reasfaltado. El mayor problema lo encontrareis es el tráfico, sobre todo si lo comparamos con los tramos posteriores, pero no es nada preocupante.
- Tramo 2: Burgo de Osma – Covaleda: Es la parte más deportiva de la ruta, tanto la SO-920 como las carreteras que os llevarán a lo largo de los Picos de Urbión están en buen estado pero son notablemente más estrechas que una nacional convencional. Tened cuidado cuando vayáis camino de la Laguna Negra, no hay guardarailes y esta vez no es una buena noticia. La pendiente de la colina es más que significativa, extremad las precauciones en este tramo.
- Tramo 3: Covaleda – Salas de los Infantes: La ladera de la montaña nos devuelve a la calzada más ancha, hay amplio arcén y guardarraíles. El calzado se encuentra en muy buen estado y no cuenta con apenas tráfico ni siquiera los fines de semana.
- Tramo 4: Salas de los Infantes – Lerma: La BU-8221 está bastante parcheada en algunos tramos y el arcén es estrecho.
El descanso del motero: donde dormir
La buena mesa
Está claro que no podéis descartar catar los caldos de la tierra, para aderezar una buena comida, aunque claro mejor hacerlo cuando paremos para no continuar la ruta, al manillar ni una gota, os aseguro que tendréis tiempo para todo.