La prohibición de circular por el interior de Barcelona llegó hace meses y entraba en vigor en enero, pero en ese momento se anunció que hasta abril no empezarían las multas. Se trata de evitar vehículos sin “distintivo medioambiental” por la Zona de Bajas Emisiones que además de Barcelona incluye partes de las vecinas L’Hospitalet del Llobregat y Sant Adrià del Besos.
Como es sabido, la clasificación de la DGT divide el parque aproximadamente en dos mitades, dejando los coches y motos más antiguos “sin etiqueta” por ser más contaminantes, aunque muchas motos sin ella acaben presentando un menor impacto en la contaminación que los coches o furgonetas. Pero el Ayuntamiento de Barcelona, que no se está caracterizando por seguir políticas favorables a las motos precisamente, no quiso hacer distinciones y limitó el tráfico a su zona interior a todos los vehículos por igual. Afecta básicamente al interior de los límites que marcan los cinturones o rondas: B-10 y B-20.
Esto entró en vigor este enero y como la COVID-19 cambió todos los calendarios, en lugar de empezar a denunciar a los vehículos que no cumplan en abril empezarán el próximo 15 de septiembre. Pero la crisis sanitaria ha provocado un claro menor uso del transporte público (hasta un 40 por ciento en Barcelona) y más del privado (20 por ciento) y veremos cómo se compatibiliza esto con las nuevas normas y necesidades reales de los ciudadanos.
